Bernabé Portas, vecino de Extramundi: «Ter un burro e traballar con el está en perigo de extinción»

Uxía López Rodríguez
uxía lópez PADRÓN / LA VOZ

PADRÓN

U. LÓPEZ

Este padronés es dueño de uno de los escasos ejemplares que hay en la comarca y el único que lo usa para labores del campo

06 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Para quienes residen o pasan por Extramundi, en Padrón, no es extraño ver a un vecino acompañado de un burro a la cuerda y el animal a menudo tirando de un carro para labores de carga propias del campo, ya sea hierba, leña o estiércol. Ese vecino es Bernabé Portas, de 61 años, y el animal es Moro, un burro extremeño al que su dueño le tiene especial cariño por su buen carácter y por su ayuda en las tareas del campo que aún realiza.

La relación de Bernabé Portas con los burros se remonta a hace veinte años pero, desde niño, le gustan los caballos. Tanto que recuerda que, con 12 años, faltó a la escuela para ir a verlos a la feria de la Ascensión. El vicio, como él lo llama, por los caballos se lo metió un vecino de su casa natal, la de Bernabé en San Xulián de Pontecesures, pero con 20 años comenzó a hacer su propia vivienda en Extramundi en una finca de su madre, donde reside.

Cambió los caballos por los burros para, explica, «non ser eu un burro e andar cargado como andaba, primeiro cunha carreta e un collarín ao pescozo e despois cun remolque e un can diante tirando». Cuando tuvo oportunidad de comprar un burro, «non o pensei»: adquirió el animal, el carro y el arreo en Dodro. No es casualidad que lo comprara allí porque, según recuerda, antiguamente «case cada casa de Dodro tiña un burro para ir ás Brañas a buscar herba pero, faltaron os vellos, iso acabouse e as brañas abandonáronse», relata.

Ese primer carro adquirido en Dodro ya le rompió y ahora trabaja con el segundo, tirado por Moro, el animal que él tiene desde hace unos cuatro años pero cuya edad es de 12. «É un burro estremeño, xa castrado, que non sabía nada de tirar do carro pero en tres ou catro días xa o aprendeu todo e estou moi contento con el. Ten a cabeza moi ben amoblada e é o máis educado de todos os que tiven. É mellor que un coche e, cando o cargas, non se move do sitio», relata con orgullo el vecino de Extramundi.

Está seguro de que él es el único en la comarca y, quizás, más allá en mantener este sistema de trabajo, lo que achaca a varias razones. La primera, «a xente xa non traballa as leiras e, se o fai, usa un tractor ou un chimpín, pero non un burro con carro, como fago eu», cuenta. Y la, segunda, que «cada vez hai menos burros». Quizás por ello a los vecinos les gusta verlo pasar con el animal y a los turistas más. «A xente de fóra non está afeita a ver algo así porque isto está en perigo de extinción», asegura. «Eu, mentres poida, vou seguir traballando así, coa axuda do burro», añade Bernabé Portas.

Cuenta que, en su vida, tuvo diez ejemplares distintos, siete machos y tres hembras y siempre participó en el derbi asnal de Padrón, pero en su caso con el animal a la cuerda. La primera burra que tuvo era de raza autóctona y la usaba en el primer carro, que era más pequeño, pero el vecino reconoce que quiere un animal más grande, que «teña forza para traballar». Esa fuerza se la da, explica, una buena alimentación a base de pasto, maíz y cebada. «Só con herba, o animal non está coidado nin ten forza», señala. También explica la técnica para cargar el carro, de modo que el peso vaya nivelado y el burro haga el menor esfuerzo posible.