Los nuevos caramelos de queimada para anestesiar los días de morriña: «Son muy dulces, sin gluten y no tienen nada de alcohol»
PADRÓN
Una padronesa lanza los Groliños después de triunfar con sus golosinas de pimientos, entre las que hay unas que pican y otras no
14 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.La padronesa Noa Vázquez ha ideado una dulce y original forma de anestesiar, vía oral, los días de morriña. Se trata de un pack de caramelos con sabor a la tierriña, combinando su ya popular golosina de pimientos de Padrón (con sorpresa incluida, porque unas pican y otras no) y una nueva con regusto a queimada y su enigma añadido antes de meterlo en boca. Criada en el Paseo del Espolón y afincada en Madrid desde hace tiempo, reconoce que ella extraña a menudo el «traqueteo del mercadillo dominical», al igual que «estar con la familia, comer rico...» y la época en la que pasaba las horas en la librería familiar —la primera de la capital del Sar (Pensamentos)—.
«Los gallegos estamos por todas partes y llevamos lo nuestro allá donde vamos. La morriña es algo que también hemos exportado. Es una palabra que todo el mundo usa, sin ser gallego, y el eslogan de unos caramelos ‘para días de morriña' está encantando, tanto al turista o peregrino que viene a visitarnos y se quiere llevar este recuerdo de aquí. El pack que trae los Doziños de pimientos y los Groliños de queimada acaba de nacer y está gustando un montón. Es un regalo ideal ahora en Navidad para esa gente que, como yo, vive fuera o tiene a sus seres queridos lejos», indica la creadora tras constatar la buena acogida de la idea en la feria del producto gourmet Etiqueta Negra, celebrada entre los días 8 y 10 en Pontevedra.
«Quería darle un primo a los Doziños y buscaba hacer otros caramelos duros originales, inspirados en algo que también fuera típico de Galicia y tuviese tirón. Mantenemos ese juego de no saber qué te va a tocar. En el caso de los Groliños todos parten de una base de caña de orujo y se les da un toque luego predominante que puede ser de limón, naranja, café o orujo. Son muy dulces, sin gluten y no tienen nada de alcohol. Conseguimos replicar con esencias el sabor de la caña blanca, con ese punto un poco a rancio y viejo que me recuerda a mis abuelos, sin recurrir a productos etílicos. Este fue uno de los mayores retos en este caso y llevó tiempo dar con la tecla», relata la padronesa de 45 años (recién cumplidos), cuyo trabajo principal es el de project manager de packaging para una empresa multinacional que trabaja con marcas de lujo, como Loewe.
Noa sabe la importancia que tiene un buen envoltorio a nivel comercial y se ha esmerado en presentar de forma atractiva estos caramelos patrios —los Groliños, por ejemplo, incluyen un código QR con el conjuro de la queimada—. De fabricación nacional, confiesa su autora que ya hubo intentos de copia de sus Doziños, «pero la receta secreta sigue siendo exclusivamente nuestra, con su sabor original, forma y color».