Los guardianes de la ciudad vuelven a Santiago

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor SANTIAGO

SANTIAGO CIUDAD

Sandra Alonso

Los comisarios que ha tenido Compostela desde 1993 se reunieron de nuevo para celebrar el Xacobeo que tantas veces tuvieron que proteger

19 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La historia de una ciudad es también la historia de los policías que velaron por ella, que fueron sus guardianes. Santiago ha tenido la fortuna de contar siempre al frente de su comisaría de la Policía Nacional con agentes bregados en mil batallas que supieron lidiar con las vicisitudes que les tocó enfrentar. Ya fuese la gran delincuencia que generaba la droga en los noventa, la amenaza terrorista, robos famosos como el del Códice Calixtino y, por supuesto, la tragedia ferroviaria de Angrois. Sin duda, el peor momento al que tuvo que enfrentarse el cuerpo. Seis de esos comisarios, junto al exjefe superior de Galicia Jaime Iglesias, se reunieron ayer en Compostela para rememorar viejos tiempos y celebrar el Xacobeo que tantas veces tuvieron que proteger. El concejal Sindo Guinarte (PSdeG) los recibió en el Ayuntamiento y después compartieron mesa y mantel. «Cada uno de ellos lo ha dado todo por la Policía Nacional. Eran de los que trabajaban 24 horas al día siete días a la semana y cada uno se esforzó para mejorar el cuerpo», señaló el actual comisario, Cástor Vázquez.

Avelino de Francisco llegó a Santiago en marzo de 1993 y estuvo al frente de la comisaría hasta octubre de 1999. Aquella era una época de pocos efectivos «y una delincuencia incontrolada» por el efecto que tuvo en la sociedad el consumo de estupefacientes, sobre todo heroína. Bajo su mando, la Policía Nacional logró mejorar su plantilla y bajar los niveles de criminalidad. En su memoria se quedó grabado a fuego aquella misa del peregrino del Xacobeo de 1999 en la que recibieron un aviso de bomba en la Catedral en nombre de ETA. «Había que decidir si evacuar o no, y no era fácil», recuerda. Al final, optó por no hacerlo tras analizar minuciosamente la llamada y concluir que era falsa.

A De Francisco le siguió Felisindo Plaza, fallecido durante la pandemia del coronavirus y al que sus compañeros recordaron de un modo muy especial en su visita a Santiago. Él dejó el cargo en el 2001 en manos de Enrique León, que estuvo al frente de la comisaría hasta el 2006. Cinco años teñidos por el terrorismo, con aquella bomba que pusieron independentistas gallegos en el cajero de la oficina principal de Caixa Galicia en la ciudad y otra de ETA que fue desactivada junto a la iglesia de Santa Susana.

Tras León, José Luis Fernández tomó su relevó y estuvo en el cargo hasta el 2011. A él le tocó el inmenso reto de la construcción de la nueva comisaría, pero también recuerda que tuvo que afrontar el Xacobeo del 2011 y la visita del papa Benedicto XVI el año anterior. Antes de dejar la comisaría, tuvo que vivir uno de los acontecimientos más importantes de la reciente historia criminal compostelana, el robo del Códice Calixtino. Un caso que le tocó resolver a su sucesor, Simón Sabariz, que fue jefe de la Policía Nacional en la ciudad hasta el 2016.

La felicidad de hallar intacto el famoso libro de la Catedral contrasta con la amargura que Sabariz tuvo que afrontar cuando se produjo el accidente de tren de Angrois. Fue el peor momento de la historia reciente de Santiago y también el que peores recuerdos ha dejado en la comisaría.

En el 2016 llegó Félix García que, como su antecesor y Enrique León, había destacado en la lucha contra el narcotráfico. Su mayor reto fue el inicio de la pandemia y el confinamiento de la población. «La verdad es que la ciudadanía se portó muy bien, con gran respeto y mucha responsabilidad», recuerda.

El actual comisario, Cástor Vázquez, trabajó junto a los últimos siete jefes que tuvo la Policía

El actual comisario de la Policía Nacional en Santiago, Cástor Vázquez, tomó posesión del cargo en el 2020, pero buena parte de su carrera en el cuerpo se ha desarrollado en la ciudad. De hecho, trabajó con los seis excomisarios que ayer se reunieron en Compostela y ocupó puestos de responsabilidad que le hicieron vivir en primera línea algunos de los acontecimientos más reseñables de la reciente historia policial local. Entre ellos, el robo del Códice Calixtino y el descarrilamiento del tren Alvia en Angrois en el que fallecieron 80 personas. En aquel momento, él era el jefe de la Policía Judicial y después lo fue de la Brigada de Extranjería.