Las despedidas anticipadas del 2023 se multiplican a pie de calle y en discotecas en Santiago

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Sandra Alonso

Al ya tradicional Pre Fin de Año estudiantil y hostelero se suman nuevas convocatorias populares

18 dic 2023 . Actualizado a las 12:56 h.

Faltan dos semanas para despedir oficialmente el 2023, aunque muchos ya lo han hecho de forma anticipada en Santiago y otros tantos planean hacerlo antes de Nochevieja. Las fiestas de Pre Fin de Año se multiplican en las discotecas y salas de la ciudad, donde ya se ha convertido en una tradición entre universitarios y trabajadores de la hostelería. Pero, además, a estas convocatorias se suman nuevas celebraciones populares impulsadas desde los barrios, tanto en Compostela como en el área metropolitana.

Sandra Alonso

En Conxo ya daban la bienvenida al 2024 el sábado por la noche en una jornada que se alargó desde la hora del vermú hasta las cinco y media de la madrugada. «Happy new year», decía la pancarta que anunciaba la fiesta bajo la carpa del Campo de Conxo, donde no faltó el cotillón, los gorros de Papá Noel entre los asistentes y hasta hubo quien se animó a enfundarse el traje o vestuario con brillo para la ocasión. En estas campanadas, anunciadas sobre el escenario por dos presentadores caracterizados como Ramón García y Cristina Pedroche, se comieron 12 gominolas, una costumbre que se impone en prácticamente todas las fiestas de Pre Fin de Año por la superstición de que trae mala suerte realizar el rito de las uvas antes de tiempo.

Así lo hacen también los estudiantes, quienes hace ya un mes que empezaron a darle el adiós a este año. Desde el Way Club (antiguo Retablo) explican que no hay discotecas en Santiago con suficiente aforo para celebrar una fiesta que reúna a todos los alumnos de la USC, por lo que desde hace unos años se impone el Pre Fin de Año por carreras universitarias en distintas salas de fiestas las semanas previas a las vacaciones lectivas. En su caso llevan ya tres citas de estas características registrando llenos (de 200 personas) y, aunque no hay dress code, se estila ir de gala, como si fuera el día 31.

¿Y qué pasa con la gente que el día 31 no puede comer las uvas porque trabaja? Pensando en los compañeros de la hostelería, Blaster lleva organizando desde antes ya de la pandemia una fiesta dirigida exclusivamente a ellos. El primer Fin de Año Hostelero en esta discoteca del Ensanche fue allá por el 2018 y hasta se entregaron premios nominativos (al más simpático, al más veterano, al más borracho...). Fue un 30 de diciembre y ese año aprendieron que no era buena idea dejar la celebración para la víspera. Esta misma noche se reunían de nuevo los profesionales del sector en la cuarta edición de su encuentro anual (hubo un parón por la pandemia en el 2020 y 2021), que se celebró con pinchos a puerta cerrada hasta la una -a partir de esa hora se permitió el acceso al público en general- y hubo dos campanadas, como ya es habitual, unas a las tres (pensando en quienes trabajan hoy por la mañana) y otras a las seis (para los que salieron ayer tarde). «La gran mayoría son de Santiago, aunque puede haber alguien que venga de algún concello próximo», constatan desde el Blaster.

En Oroso y Ames

En Oroso también estrenan un Pre Fin de Año popular (O Pepotazo), organizado por la comisión de fiestas de Barciela-Sigüeiro. Será el 29 por la noche en la Alameda de Góis, habrá campanadas con gominolas y la París de Noia en cartel. Y Ames celebrará, un año más, las Prebadaladas impulsadas por el Concello (la mañana del 31 en Bertamiráns).

Las entradas más caras para celebrar la Nochevieja, las más demandadas en Compostela

Las entradas para celebrar la Nochevieja en locales nocturnos de Santiago están volando y, curiosamente, las primeras en agotarse —o a punto de hacerlo— son las más caras. Liderando este ránking están Vanitas (antigua Apolo) y Circus (que hasta septiembre fue Facultad). Las dos discotecas del Ensanche vuelven a unirse ofreciendo el acceso a ambas por 60 euros —precio actual— para la noche del 31, con derecho a seis consumiciones (tres en una y tres en otra). El pasado lunes lanzaban las últimas 50 entradas de su tercera promoción para la fiesta de Fin de Año. Y la Sala Capitol, por su parte, colgó el cartel de sold out en solo un par de días, pagando 50 euros por cuatro copas (o bien ocho refrescos o cervezas).

En la Sala Malatesta, tras agotar la promoción para las primeras 100 entradas a 40 euros, ya han despachado más de la mitad del aforo de su segundo tramo de ventas por 50 euros (incluyen tres copas). En Blaster, quedaban ayer el 40 % de sus pases a 45 euros (con derecho también a tres combinados). En Way Club tenían este fin de semana ya solo las últimas unidades (30 euros y tres copas). Y acaban de abrir la preventa en La Grandota (20 euros y dos copas) y Guayaba (10 euros y una consumición). 

Siempre queda, eso sí, la resistencia, una lista cada vez más reducida de pubs que no cobran por el acceso el día 31, como el Momo. Aunque sí vendió entradas en alguna ocasión, llevan tiempo sin hacerlo por una cuestión de principios. «Hay que cuidar al cliente habitual y, si no pagan una entrada , no me parece justo hacerlo esa noche», explica el dueño de un local en el que abrirán puertas a partir de la una y habrá cotillones hasta fin de existencias. Allí podrán darse cita aquellos que se niegan a pagar por acceder a un local en Nochevieja y otros que no se hayan preocupado con antelación de reservar una entrada para recibir al 2024 con unos bailes.