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Cobre San Rafael defiende una producción sostenible para extraer más de 30.000 toneladas de metal al año y subraya su compromiso medioambiental
18 jul 2024 . Actualizado a las 22:41 h.Cobre San Rafael presentó ayer en Santiago el que calificó como «primeiro proxecto de produción sostible de cobre de Galicia», ante un auditorio conformado por 150 personas, entre las que se encontraban representantes de entidades como la Confederación de Empresarios de Galicia, la Cámara Oficial Mineira, la Asociación Galega de Áridos (Arigal), Asime, el Foro Económico de Galicia, la Asociación Mineiros Touro-O Pino, la Asociación de Empresarios da Comarca de Arzúa, y representantes de las Administración autonómica y de las municipales de Touro y O Pino. Alberto Lavandeira, consejero delegado de Atalaya Mining (de la que es filial Cobre San Rafael), expuso el plan de actuación de la iniciativa, recientemente declarada como proxecto industrial estratéxico (PIE) por la Xunta, así como las previsiones económicas y sociales de una iniciativa que «aspira a converterse nun referente de minería sostible en Europa e nun fito para a industria galega».
En esa línea, apuntó que el recurso existente en el área de Touro puede generar un impacto económico total de 2.542 millones de euros en su desarrollo durante los próximos 16 años. El objetivo es alcanzar una producción de 30.000 a 35.000 toneladas anuales de cobre, «un metal estratégico para la Unión Europea dado su papel fundamental para garantizar una transición energética justa y respetuosa», apuntó. Lavandeira enfatizó el compromiso medioambiental del proyecto, con mejoras en la gestión del agua del proceso, que aseguró que «se mantendrá en circuito cerrado», y con el espesado de estériles para gestionar las arenas de la planta de tratamiento de mineral de forma más segura, en un almacenamiento del que se retira el agua para enviarla a un depósito impermeabilizado. Aseguró que «el proyecto no va a verter agua al río», descartando absolutamente que puedan producirse siniestros como el de Aznalcóllar, al tiempo que comprometió la restauración total de la zona: «No habrá un paisaje lunar».
Negó también la posibilidad de contaminar la ría de Arousa, en una mina que empleará la mejor técnica de producción disponible: la minería de transferencia, que permite que, a medida que se produce cobre y se extrae el material, se vaya rehabilitando el terreno y dejándolo disponible para nuevos usos.
Modificaciones técnicas
El nuevo proyecto de Cobre San Rafael, en tramitación, incluye cambios y modificaciones técnicas para resolver las cuestiones que llevaron a una declaración de impacto ambiental (DIA) desfavorable en el 2017. En estos años, la empresa ha invertido 3,4 millones de euros en canalizar y recuperar aguas en la zona, dañadas por la antigua explotación minera cerrada en 1986, y en la puesta en marcha del programa Terras, con estrategias de responsabilidad social corporativa en mejora del medio ambiente, sociedad y desarrollo económico. La actualización del proyecto y sus magnitudes económicas propiciaron su tramitación como PIE, ya que Cobre San Rafael superará los 200 millones de euros de inversión inicial, con una previsión de 400 empleos directos, y otros 1.200 indirectos.
Una explotación que funcionó de 1973 a 1986, con reservas de hasta 120 millones de toneladas de cobre
La mina de cobre de Touro estuvo operativa entre 1973 y 1986. Desde el año 1993 hasta la fecha, la firma Explotaciones Gallegas mantuvo activa la concesión minera con la producción de áridos. Para poner en valor el mineral de cobre que alberga, la empresa gallega firmó un acuerdo con Atalaya Mining, especialista en minería metálica. La actividad extractiva de entonces, lejos de los requerimientos actuales, causó filtraciones de aguas ácidas a regatos próximos, aunque tanto Lavandeira como Fernando Riopa, director del proyecto, aseguraron que no llegaron a afectar al río Ulla ni a la ría de Arousa.
La inversión de 3,4 millones por parte de Cobre San Rafael permitió el drenaje, canalización y recuperación de las aguas contaminadas por los restos de la antigua mina, a través de una planta de tratamiento de aguas y un canal de drenaje. La empresa sostiene que esas acciones «son só un adianto da restauración integral do contorno que o Proxecto Cobre San Rafael ten deseñada en paralelo ás operacións».
La mina histórica abarcaba unas 500 hectáreas, y el actual proyecto suma 812, en las que se incluye el antiguo depósito de estériles, que no tendrá uso y únicamente se rehabilitará. Lavandeira dijo que el máximo de superficie operativa simultáneamente será de 258 hectáreas. El mineral que se extraerá es calcopirita, un sulfuro de hierro y cobre, obteniendo este último tras un proceso productivo que incluye la trituración y molienda, separación de partículas de cobre por flotación, y un espesado y filtrado final.