Santiago se suma a la cultura del «sold out»: ¿Cuánta antelación es suficiente para asegurar la entrada de un concierto?

Antes de anunciar el paso de Coti por Santiago, desde la sala Capitol ya vaticinaban que tendría «un tirón importante». Conocido entre otras cosas por canciones como Nada fue un error o Antes que ver el sol, el artista argentino venía de triunfar con su nostalgia dosmilera en el Recorda Fest de A Coruña y en otro par de citas en Ferrol y en Redondela. Todavía quedan entradas disponibles, pero no es arriesgado vaticinar que se podrían agotar en cualquier momento. En la ciudad, una cantidad importante de citas musicales que tendrán lugar en los próximos meses llevan tiempo con el cartel de sold out colgado. A la vez, las nuevas que se van anunciando agotan las localidades progresivamente. Aunque resulte chocante, los que trabajan con la música en el día a día lo ven como algo que no se sale de la normalidad: «La dinámica va a ser esa. Salen los eventos y vuelan las entradas». 

Habla Fran Villasenín, gerente y programador de la Capitol. La temporada en la sala comienza con unas cuantas citas agotadas, que van desde una nueva generación de artistas que renuevan el pop nacional como Judeline, Walls o Marina Reche hasta clásicos del indie como Love of Lesbian y Xoel López. Para él, en esta variedad de nombres queda demostrado que a la hora de hablar de la cultura del sold out no existe un «artista tipo». Tampoco piensa que sea cosa de edades. En la Capitol han vendido todas las localidades propuestas tan diferentes entre sí como la de Chiara Oliver, recién salida de Operación Triunfo y orientada a un público joven, y la de Airbourne, banda australiana de hard rock. «Es cuestión de gustos y del momento en el que esté ese artista. Si está en uno dulce, se agota rápidamente», explica. 

En una entrevista publicada cuatro años atrás en La Voz, Julián Saldarriaga, guitarrista de Love of Lesbian, recordaba que el primer sold out de su carrera tuvo lugar en La Fábrica de Chocolate, una sala de Vigo. Han pasado casi dos décadas y el consumo de eventos musicales ha cambiado drásticamente. El grupo ya estuvo en Santiago este verano como parte del cartel de O Son do Camino y, aún así, ha hecho dos llenos consecutivos en la sala Capitol para febrero y para marzo del 2025. Algo parecido ocurre, por ejemplo, con Rodrigo Cuevas o con Xoel López, que también recorrieron este verano en varios puntos de la geografía gallega. El primero agotó en marzo las entradas para su fecha de diciembre y añadió una a mayores, pero poco duraron los bonos en el mercado. El segundo vendió en septiembre todas las localidades de un concierto programado para abril, obligándole a añadir un segundo acto que, como aseguran sus organizadores, está a punto de colgar también el cartel de sold out. 

Fran Villasenín: «Gestionar la Sala Capitol con mi hermano significa cumplir un sueño»

juan capeáns

A Baiuca no le hicieron falta ni 24 horas para llenar la sala Capitol. El músico de Catoira, que presenta su nuevo disco, Barullo, anunció su primera fecha a media mañana de un jueves. A primera hora de la tarde de ese mismo día ya había vendido las 800 localidades que completan el aforo. Anunció una segunda que, tal y como informan, está a punto de agotarse. Aunque lo suyo sea un logro, ni Baiuca, ni Rodrigo Cuevas, ni Xoel López ni Love of Lesbian han sido los primeros en conseguirlo. Si hay un ejemplo reciente en lo respectivo a vender estrepitosamente rápido las localidades para dos conciertos consecutivos son The Rapants. El pasado mes de febrero, agotaban una primera cita en un cuarto de hora y una segunda en poco más de dos horas. «En la Capitol nunca se vendieron dos fechas en tan pocos minutos», explicaba a La Voz Antonio Borrazás, programador de la sala por aquel entonces. 

Borrazás incidía en que, años atrás, era impensable que un grupo, ya fuera local u internacional, agotara todas las localidades de una sala en un período de tiempo que apenas da a los seguidores un margen de reacción. «Si no coges las entradas con antelación, te quedas sin ir al concierto. Es mejor intentar vendérsela a alguien, o regalársela, porque si te lo piensas mucho, te puedes quedar sin uno de los conciertos a los que querías ir en ese mes», añade Fran Villasenín. La Capitol no es la única sala de Santiago que cuelga carteles de sold out. En la Riquela, con un aforo más reducido, bastaron un par de días para que Alcalá Norte, grupo revelación de la temporada en el panorama independiente nacional, agotara todos los boletos para su concierto de enero. El dato es todavía más llamativo considerando que han hecho lo mismo en Vigo y que vienen de llenar la sala Garufa en A Coruña. Mientras tanto, surge la duda de qué va a pasar con el otro pilar fundamental en el circuito de salas en Santiago. Con la vista puesta en la inauguración, la sala Malatesta sigue organizando eventos musicales que, hasta que no obtenga el permiso municipal de apertura deberá de ir cancelando a medida que se acerque la fecha.

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