El ocio nocturno se reinventa en Santiago: los mayores de 35 ahora también salen de tarde
VIVIR SANTIAGO

Las noches de fiesta se mueven a la tarde para llegar a un público más diverso: «Abrimos con música de los 80, de los 90 y de los años 2000», explican desde Blaster, discoteca que comienza a organizar eventos para que los que rozan la década de los cuarenta puedan ir después de comer
16 abr 2025 . Actualizado a las 17:26 h.Los que el sábado pasado pasearon, en algún momento de la tarde, a lo largo la Rúa República de Arxentina, en el Ensanche de Santiago, pudieron notar un movimiento sospechoso. A la discoteca Blaster, una de las preferidas en las noches universitarias, ya no le llega con abrir durante las siete madrugadas de la semana. En local hay ambiente de lunes a domingo y, ahora, también en las tardes de los sábados. «Llevaba un año pensando en organizar un tardeo dirigido a cierto público de más edad, de 35 para arriba, al que le puede dar algo de pereza salir por la noche», explica Nino Blanco, encargado del establecimiento. Su idea es extenderlo, como si fuera una prueba piloto, durante el resto de sábados de abril y de mayo. Si funciona, dejarán pasar los meses de verano, cuando apetece más aprovechar las horas de luz en una terraza, para volver con el otoño.
«Mucha gente nos animaba abrir también por la tarde y es ahora cuando nos lanzamos a hacerlo con música de los 80, de los 90 y de los años 2000, algo más antiguo que conecte con este tipo de público. Es completamente distinto a lo que uno se puede encontrar por las noches, cuando suenan canciones actuales», continúa el encargado del local, explicando que, más adelante, la idea es la de lanzarse a hacer fiestas temáticas que concuerden con los estilos musicales que suenan. Lo de las canciones es el primer factor diferenciador. El segundo es el horario, de seis de la tarde a once de la noche, «para los que acaban de comer y se quieren ir a tomar algo o para los que se quieren tomar algo antes de cenar».
El tardeo responde a una pregunta ya frecuente entre los que rozan la década de los cuarenta: «Y, ahora, ¿por dónde se sale en Santiago?». Encontrar locales en los que música y ambiente vayan de la mano puede resultar complicado en una cuidad que amolda su ocio al mundo universitario. Lugares como A Reixa, O Galo D'Ouro, Lucille u O Cum con música en directo, componen algunas de las opciones preferidas en esta franja de edad, tanto para la noche como para tomar unas cañas a la tarde. El tardeo de Blaster cuaja más con la experiencia que puede dar una discoteca, con música potente y la sensación de la noche. Sigue la estela de propuestas que funcionan en otras ciudades. Desde febrero triunfa entre los cuarentañeros de A Coruña el tardeo de la discoteca Pelícano, que una vez al mes reúne a una media de 700 personas a ritmo de música pop rock.
La fiesta revitaliza un momento crítico para el ocio nocturno. Los jóvenes trasladan sus fiestas a salas situadas en los alrededores de Santiago, como Chanteclair y Dona Dana, o, directamente, a otras ciudades, como pasa con los macroeventos universitarios que se llevan organizando durante todo el curso en la sala Pelícano. En Compostela, los estudiantes han encontrado alternativas a la noche en tardeos como los del pub Matrix, con eventos temáticos a lo largo de la semana, y en actividades diurnas organizadas por los Pasos de Ecuador de las facultades, que, salvo en ocasiones especiales, se escapan de las madrugadas. En vez de fiestas, planean torneos de deporte o de diferentes juegos de mesa. Nino Blanco asegura que el volumen de gente que sale por las noches es igual al de otras épocas del año, pero que el público del tardeo del sábado poco tiene que ver con el de la madrugada. Los jueves llenan la discoteca jóvenes que van desde los 21 años hacia arriba, cifra que aumenta en fin de semana hasta los 25 o 28 años, pero que no llega hasta los 35 del tardeo.