«Vota Juan»: villanos, pero no tanto

La Voz REDACCIÓN

PLATA O PLOMO

TNT estrenó «Vota Juan», una comedia centrada en la política española

28 ene 2019 . Actualizado a las 08:11 h.

«Jamás debes hacer una ficción que le eche un pulso de ridiculez a la política real», porque pierdes. Eso lo tuvo muy claro el guionista Diego San José, creador junto a Juan Cavestany, de la serie cómica de TNT Vota Juan, la primera en centrarse en la política nacional.

La serie, que estrenó el viernes sus dos primeros episodios en TNT para pasar de inmediato a emitirse en las plataformas bajo demanda, consta de ocho capítulos de 30 minutos cada uno y se emitirá cada semana de dos en dos. En principio, han dicho los responsables de la cadena y de la productora 100 balas, con vocación de continuidad.

Protagonizada por Javier Cámara, que regresa a la televisión española desde Los Quién (2011), como el ministro de Agricultura Juan Carrasco; y María Pujalte en el papel de Macarena, su directora de comunicación, la serie cuenta las ambiciosas maniobras de un político de adscripción indefinida para convertirse en presidente del gobierno.

Tanto Cámara, como Pujalte, ambos veteranos protagonistas de míticas series de éxito en los 90, como 7 vidas o Periodistas, han coincidido en señalar que la ficción televisiva española ha cambiado «para bien».

El actor, en el equipo de la serie Narcos, de Netflix, y protagonista, con Jude Law, de El joven Papa, serie de HBO que rueda su segunda temporada en Italia, afirma que antes «sobreactuaba» porque los directores le pedían que se fuera «más arriba», pero ahora «no hay diferencia» con lo que hace fuera, a excepción del presupuesto y que todos hablan en inglés.

A pesar de la inevitable referencia a Vergüenza, otra serie en la que escribe Cavestany, por lo «miserables, despreciables y mezquinos» que son ambos protagonistas, San José defiende a su ministro: «Hay villanos natos, los que hacen el mal por el mal o por ansias de poder, pero este solo busca un abrazo, es vulnerable», afirma San José. La empatía con estos seres a priori tan egoístas e interesados, explica Pujalte, llega porque «ves que son ambiciosos, mezquinos, desleales... Pero cuando aparece el aparato del partido les empiezas a ver como víctimas, como pasto de esos pajarracos».