«From», una sangrienta derivada de «Perdidos» en un pueblo maldito

Borja Crespo MADRID / COLPISA

PLATA O PLOMO

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Con el mismo esquema que popularizó «Lost», regresa para su tercera temporada en Max y promete ser otro gran fenómeno televisivo

04 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Dos décadas han pasado del estreno de Lost, una serie mítica que lo cambió todo e hizo historia en la televisión. Nos enganchó a las tribulaciones de los supervivientes del vuelo 815 de Oceanic Airlines, estrellado en una isla que no aparecía en los mapas. De esta premisa, surgió la magia y uno de los fenómenos audiovisuales del siglo XXI, antes de la explosión definitiva del formato, con teorías, giros, vacilaciones, personajes memorables, delirios y espejismos.

El final no agradó a todo el mundo y dio mucho qué hablar, pero su legado sigue presente en nuestra memoria emocional. From, también Origen, es una de las series de terror del momento. Disponible en Max, acaba de estrenar su tercera temporada con entregas semanales. Su éxito está ligado a Perdidos, título en castellano de la serie de culto en la que se mira sin sonrojo.

La fórmula es similar, con un reparto coral con algún rostro familiar: Harold Perrineau, visto también en Z Nation, Eion Bailey (Stalker), Catalina Sandino Moreno (The Quarry), Shaun Majumder (La tapadera), Avery Konrad (Honor Society), Hannah Cheramy (Colossal) y Simon Webster (Most Dangerous Game) completan el elenco de un cuento inquietante que transcurre en un pueblo maldito del que no se puede salir una vez que se visita, tal y como ocurre en El ángel exterminador de Buñuel.

Es un relato oscuro donde los habitantes del lugar, atrapados y desesperados, ocultan sus secretos mientras afrontan una escalofriante amenaza sobrenatural, unos zombis de sonrisa congelada que te atrapan con su verborrea antes de despedazarte. Es un escenario impredecible e inexplicable, aunque en esta nueva entrega hay una variante que anticipaba el final de la anterior sesión: se puede salir al exterior.

La tercera temporada empieza con fuerza, con un personaje moviéndose en el mundo real, pensando cómo regresar a auxiliar a sus semejantes: ¿les suena? Estamos ante un thriller dramático con tintes de terror psicológico donde nada es lo que parece. Nunca se cita el nombre del pueblo de cuyos dominios parece imposible escaparse.

Quien ose pisar sus calles cuando reina la oscuridad puede acabará destripado por una legión de criaturas abominables, pérfidos humanos nocturnos de aspecto entrañable cuyas fauces hielan la sangre.

Stephen King, convertido en prescriptor en su perfil de X, ha afirmado que se trata de una de sus series favoritas. No es de extrañar, ya que la influencia de su narrativa es evidente: La cúpula, El misterio de Salem's Lot, The Stand. Explota algunos lugares comunes, pero al final encuentra su personalidad gracias al desarrollo de los protagonistas, cuyo talante muta según las circunstancias, moviéndose en zonas grises, con decisiones éticamente reprobables para salvar el pellejo.

Los monstruos

El terror puro no abunda en From, de ahí que la serie tenga una audiencia amplia. Pero cuando toca asustar al espectador, no escatima sangre. Aparecen llamativas escenas gore y una buena dosis de incertidumbre que atrapa al espectador entregado a este tipo de relatos con un lado siniestro que se apoya en la tensión que genera una escena claustrofóbica y la reacción de los encerrados intimidados.

Los monstruos no son la única maldición en el argumento. También los conflictos que surgen en el grupo, receloso y reservado. El comportamiento de la comunidad ante la adversidad, como en La noche de los muertos vivientes y sucedáneos, puede ser el peor apocalipsis. Ningún lugareño es nativo, apunten el dato: cada familia y vecino procede de un punto diferente de EE.UU. y nadie sabe bien cuánto tiempo lleva aislado.

From apareció sin promoción en el menú de HBO y el boca a boca está funcionando entre lo adictos al género fantástico. Funciona el retrato de un puñado de humanos obligados a convivir en un territorio del que no pueden huir, un microcosmos con el espacio y el tiempo congelados. Su falta de originalidad es evidente, pero su locuaz narrativa no se hace densa. Deja pistas sin aturullarse y su retrato de los amenazantes monstruos es estupendo.

Cuando el sol cae aparecen las almas en pena devenidas en depredadores bajo la luz de la luna. Hay que cerrar a cal y canto todas las puertas y ventanas y colgar a la vista una piedra con runas que espanten a los demonios noctívoros. El amuleto aleja a los horripilantes seres espectrales: una especie de chupacabras antropomórficos, letales y perversos.