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Una película la vida de tres amigas en la Valencia de los años 90
14 feb 2025 . Actualizado a las 09:44 h.Filmin estrena en exclusiva en plataformas digitales, la película Valenciana, segundo largometraje de Jordi Núñez (El que sabem) que adapta la obra de teatro homónima de Jordi Casanovas. Protagonizada por la nominada al Goya Ángela Cervantes (La maternal), Tania Fortea y la debutante Conchi Espejo, la película recorre la vida de tres amigas en la Valencia de los años 90.
En la película, Ángela Cervantes es Valeria, una productora musical sumergida en el infierno de las drogas sintéticas; Tania Fortea es Ana, quién se ve obligada a trabajar en los nuevos reality-shows televisivos con el crimen de Alcácer como tema estrella; y Conchi Espejo es Encarna, quien entra a formar parte del agresivo equipo de comunicación de un partido político salpicado por la corrupción. Las tres se verán obligadas a intentar salvar su amistad, poniendo a prueba su integridad, su dignidad y sus valores.
Jordi Núñez recuerda el impacto que le provocó el montaje teatral de Valenciana, una obra escrita por Jordi Casanovas, autor que ya había sido llevado al cine en el 2015 por David Ilundain en B.: «Me hizo salir del teatro con una sensación similar a la que tuve con Angels in America, de Tony Kushner. Valenciana es a la Valencia de los noventa, lo que Angels a la Nueva York de los años ochenta. La impresión que me dejó la obra hizo crecer en mí, día a día, el deseo de adaptarla». El director cita como referentes de su segundo largometraje películas como Network, un mundo implacable, de Sidney Lumet, o Plácido, de Luis García-Berlanga, así como el cine de Ozu, Mikio Naruse o Douglas Sirk.
En Valenciana se ve una sociedad marcada por los contrastes: «La mezcla de la Valencia de postal con la del bum urbanístico y la corrupción. La convivencia de los arrozales de la albufera con los párkings de discotecas de la Ruta del Bacalao. Tradición y modernidad. Sencillez y exceso», explica Núñez, que entiende que los horribles crímenes que tuvieron lugar en aquellos años en la Comunitat Valenciana marcaron el espíritu de toda una generación: «Recordé ese miedo, casi atávico, tan presente en los años inmediatamente posteriores al crimen de Alcácer, en los que transcurrió mi niñez. La creencia de que el mal se ocultaba en cualquier rostro o lugar marcó la infancia de toda mi generación».