
Los españoles juegan casi 300.000 millones en el sorteo de Navidad que se celebra el viernes El Tesoro se queda cada año con unos 2.000 millones de pesetas, «regalo» de españoles despistados que olvidan cobrar reintegros de quinielas, primitivas o bono-loto, pierden un décimo, o les da pereza ir a la parroquia para reclamar el dinero de una papeleta. Esas son las cuentas del director general de Loterías, Luis Pérezagua. Este organismo, que ya tiene preparado el sorteo del día 22, avanza ya las novedades para el año que viene, cuando se podrá comprar lotería por Internet.
17 dic 2000 . Actualizado a las 06:00 h.El responsable de Loterías y Apuestas del Estado (LAE) ultima estos días el Sorteo de Navidad, el último del siglo XX, pero con la mirada puesta en el XXI, en el que se podrá comprar lotería tradicional por Internet y rellenar también los boletos de los otros sorteos de LAE. En el primer trimestre del próximo año estos sorteos estarán en la Red y cualquier español podrá localizar y comprar fácilmente el número de la lotería que le apetezca, independientemente de la Administración que tenga consignado ese número, quien se encargará de enviar a domicilio el décimo o billete solicitado. El director general explicó que todavía hay alguna dificultad técnica, que pronto resolverán, pero las conversaciones con los bancos, encargados de cobrar las loterías que jueguen los españoles, y con los informáticos, están muy avanzadas. Más de un billón Los españoles son grandes aficionados a la lotería, y en 1999 se gastaron un billón cien mil pesetas en los distintos juegos y quinielas. De esa cantidad, y por lo que se refiere a los juegos que organiza Lotería y Apuestas del Estado, el Tesoro recaudó 305.000 millones de pesetas Para el sorteo de Navidad, que se celebra el viernes, el cálculo es que se vendan unos 300.000 millones de pesetas de la emisión de 306.000 lanzada. El presupuesto que los españoles destinan a la lotería sube cada año y éste se prevé que aumente un 8,48%, lo que revela que el poder adquisitivo ha bajado, según algunas asociaciones de consumidores, que argumentan que hombres y mujeres dedican más dinero a la lotería cuando su economía no es muy boyante. Sin embargo, según Pérezagua, «esa idea es una falacia», y la verdad es que «cuando hay poco dinero, éste se emplea en las necesidades básicas, en los productos esenciales, mientras que cuando ese capítulo está cubierto se emplea más en los juegos de azar». Negó también que haya habido un bajón de apostantes en la primitiva y la bono-loto después del aumento del 50% en el precio de las apuestas.