La Asociación textil asegura que «existen conversaciones entre modistos, algunos muy destacados» Es todavía una voz tímida que clama en un callejón que hasta ahora empezaba en Barcelona y terminaba en Madrid. Pero diseñadores gallegos y representantes del sector textil han empezado a plantearse la necesidad de reivindicar que la pasarela de moda única se celebre en Galicia. Las conversaciones se han mantenido hasta el momento alejadas de la opinión pública, aunque introducen un elemento nuevo en la presión que Cataluña está ejerciendo sobre el Gobierno central para que, siguiendo el modelo italiano, Barcelona se convierta en el escaparate único de la moda española, en detrimento de Madrid.
09 mar 2002 . Actualizado a las 06:00 h.Un grupo de destacados diseñadores gallegos y representantes del sector textil han mantenido contactos para analizar la oportunidad de reivindicar que la pasarela de moda única se celebre en Galicia. El gerente de la Asociación textil, José Antonio Arufe, confirmó que esas conversaciones se han producido y que en ellas han participado «varios diseñadores, algunos de ellos muy destacados». Consciente de los problemas que plantea el reto, Arufe matizó que el análisis está siendo «sosegado» para no «generar crispación», aunque se está teniendo en cuenta que «Galicia, por su peso, tiene mucho que decir» en un debate que hasta ahora parecía circunscrito a Cataluña y Madrid, sedes respectivas de las pasarelas Gaudí y Cibeles. Kina Fernández En esa nómina de diseñadores destacados, Kina Fernández, una de las clásicas de Cibeles, reconoce que «por supuesto que Galicia se merecería acoger la pasarela. Para mí resultaría mucho más cómoda una pasarela gallega con proyección nacional e internacional». Pero junto a esto, la creadora sostiene que «el sector de la moda debe tener en cuenta factores más sólidos, como la localización de los medios de comunicación, la existencia de recintos apropiados, las comunicaciones, etcétera». Como premisas, Kina Fernández considera imprescindible que haya «consenso dentro del sector», además de la «necesaria voluntad política para dotar de infraestructuras a la ciudad que acogiese ese evento». Dotaciones referidas no sólo a un recinto ferial apropiado, sino también a las comunicaciones o a la oferta hotelera que demandaría un evento que pretende ser el escaparate de un sector, el textil, que engloba en todo el Estado a 7.000 empresas que facturan 15.025 millones de euros (2,50 billones de pesetas) y emplean a 300.000 personas. En cualquier caso, como el resto de sus colegas de profesión, la diseñadora gallega apuesta por una única pasarela acompañada de una gran feria, un modelo al que de momento atiende en parte Madrid, gracias a la entidad creciente que ha ido cobrando la semana de la moda desde que en 1983 se organizó el primer desfile de la pasarela Cibeles en una carpa en la plaza de Colón. «Olvidémonos de caprichos sin sentido. Pensemos en el bien común para toda la moda española y si las autoridades tienen que tomar cartas que lo hagan pensando en que no siempre se puede agradar a todos».