Una miss muy orgullosa

La Voz

SOCIEDAD

22 abr 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

¡Cómo se nota que en Francia nadie se ha puesto a investigar en serio los concursos de belleza! Allí, ser miss es un orgullo tal que hasta la titular se presentó a votar con la banda puesta. No sé si lo hizo sólo por ser una ocasión especial o es que va con la banda puesta a la peluquería, a la panadería, al cine y donde haga falta, el caso es que Sylvie Tellier lució de esa guisa al ir a depositar su voto. Muy kitsch todo. Como el resultado de las elecciones. LA IZQUIERDA NO SABE BAILAR. Lo dice Rubén Blades, el músico panameño, que hizo esas declaraciones antes de conocer los resultados de las elecciones francesas. Ya ven, estuvo sembrao. Su opinión es que en la izquierda tradicional de América Latina hay mucho ideólogo, pero nadie que se interese de verdad por las pequeñas cosas. Seguro que en Francia, las reflexiones del autor de Pedro Navaja no habrán sentado muy bien. UN PRÍNCIPE EN EL EJÉRCITO. Y mientras en Francia se preparan para decidir si les gusta más la derecha o la ultraderecha, el príncipe Guillermo de Inglaterra se plantea ingresar en el regimiento de los Guardias Dragones Escoceses cuando acabe de estudiar en la Universidad. Como ven, la vieja Europa se encuentra en un tono muy liberal. Al primogénito de Carlos de Inglaterra y Lady Di aún le quedan tres años de universitario. A lo mejor es que no ve muy claro encontrar un empleo al acabar la carrera y por eso se plantea la salida militar. DEL CIRUJANO PLÁSTICO AL PSICÓLOGO. Lo dice Paula Vázquez. La presentadora gallega, que crece en popularidad gracias a su presencia en el programa Gran hermano, cree que serían necesarias unas sesiones de psicoanálisis para aquellos que se someten a operaciones de cirugía estética: «porque mirarte al espejo y no reconocerte es horroroso». La ferrolana admite que lo pasó muy mal después de operarse la nariz, pero que no se arrepiente porque ahora respira mucho mejor. Paula, que ironiza sobre sus operaciones de cirugía estética afirmando que es una mujer hecha a sí misma, también tiene una explicación para los vertiginosos escotes que se marca en el programa: «Para estar de trapillo, ya estoy en mi casa, en moño, chándal y zapatillas». CALAMBRAZOS EN TOLEDO. Parece ser que en la ciudad imperial están más que hartos de las palomas. De que ensucien los monumentos, más que nada. Así que no se les ha ocurrido otra cosa que idear un sistema eléctrico para que, según se posen en tejados o monumentos, el sofisticado ingenio lance una descarga eléctrica a las pobres palomitas. Aseguran los promotores que la descarga no leS hará daño, pero que será suficiente como para que no vuelvan.