Gritos y polémica por el desfile de David Delfín en Cibeles

AGENCIAS MADRID

SOCIEDAD

Pasarela Cibeles dedicó su última jornada a ocho jóvenes diseñadores que trajeron nuevos aires a la cita madrileña con unas colecciones muy dispares, en las que no todos sobresalieron, y durante la que se produjo gran polémica a causa de la puesta en escena del desfile del diseñador David Delfín.

13 sep 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

Francis Montesinos clausuró el certamen con su habitual colorido, que en esta ocasión giró en torno a un estampado inspirado en las banderas de los países mediterráneos, que se repite en los diferentes tejidos y en la colección de baño, y que también estuvo presente en las duchas con las que el diseñador decoró el escenario. Volantes, puntillas, largos trajes con sobrefaldas, punto artesanal e industrial, claveles bordados, fueron de nuevo protagonistas de las colecciones para hombre y mujer, que reflejan una continuación de su estilo. Tampoco faltó el traje de novia en un ligero estampado de tonos rosas. Con anterioridad a Montesinos, David Delfín presentó su colección en un polémico desfile ya que para su puesta en escena, en una oscuridad casi absoluta que dificultó la labor de los fotógrafos, las modelos desfilaron con unas capuchas que les tapaban la cara haciéndoles casi imposible la visibilidad. Varios de los periodistas que cubren la información de Cibeles, así como los responsables del certamen y el director general de IFEMA, Fermín Lucas, decidieron abandonar el desfile. Lucas, tachó de lamentable e impresentable la puesta en escena, sobre todo en un momento en que 'todos tenemos que luchar por la igualdad de las mujeres' y contra las ideas talibán. Además, algunos momentos del desfile han sido irreverentes. Hemos intentado cambiar el ritmo y la directora del certamen ha dado instrucciones, pero no se nos ha hecho caso, por lo que lo único que nos ha quedado por hacer ha sido abandonar el desfile'. En cuanto a su conceptual colección, David Delfín se inspiró en el surrealismo, Buñuel, el mundo de los sueños y el subconsciente. El diseñador malagueño, que utilizó vendajes para algunas creaciones, presentó prendas de aspecto inacabado o muy rematadas, con detalles de dibujos de hormigas y corazones. Alejado de tendencias, Delfín buscó crear sensaciones. La jornada se inició con las arriesgadas propuestas de Elisa Amann que mezcló telas y estampados para confeccionar creaciones en las que apostó por pantalones caídos con tiros largos y anchos, las asimetrías totales, las telas sin rematar y difíciles cortes que dan apariencia de haber sido confeccionadas con partes prestadas de otras, junto a los tules, las puntillas y las tiras bordadas. Las telas de cuadritos de Vichy que recuerdan las meriendas campestres, fueron protagonistas de la colección del mallorquín Tolo Crespi, que demostró su buen hacer en el tratamiento de los plisados y los cortes. El tratamiento del tul y el chantilly contribuyeron a dar un tono de sutileza a una colección femenina y delicada que gustó a un público que se vio sorprendido al comprobar que el traje de novia lo lucía un hombre. Esta salida, innecesaria ya que ha eclipsado el buen contenido de la colección, estuvo amenizada por una mezzosoprano. Rasos de seda en rosa pálido y azul turquesa, encajes de chantilly y gasas plisadas fueron elementos utilizados por Alama Aguilar para crear una colección con un toque de lencería fina, mientras que botones, muy grandes o pequeños forrados, tuvieron importancia en la colección de Jorge Vázquez, con cortísimos vestidos, algunos rematados con encajes y pantalones de tiro muy pequeño. La tarde se animó con Guillermo Torino, que ha preferido dejar el negro para épocas más frías. Dio importancia a los troquelados en el ante y la napa que utilizó para prendas confeccionados junto con gasas. Especiales fueron sus faldas de paja, las telas rotas con tijeretazos, los vestidos transformables y los remates de encaje, tan presente en esta edición de Cibeles. La música de series televisivas amenizó el desenfadado desfile de Alejandro Sáenz de la Torres para PORFIN!, que subió el ánimo del público. Todas las tendencias y estilos de vida conviven y ello se traduce en una ropa muy de sport, cómoda y con toques infantiles e inocentes, como el de los popelines estampados con flores o los denim enriquecidos con hilos. Oscar Benito y Ana Gónzalez, de 'Locking Shocking', han basado su primera colección presentada en Cibeles en los volúmenes que consiguen a través de estudiados patronajes en mangas murciélago o globo, pantalones con tiros casi en las rodillas o muy estrechos con frunces laterales. Para la noche, vestidos de satén dorado y plateado inspirados en los 40.