La nueva pedagogía aboga por la disciplina sin excesos para educar a los hijos

Elena F. Palacios REDACCIÓN

SOCIEDAD

CÉSAR QUIÁN

El mercado se inunda de «libros-herramienta» para ayudar a los padres a modelar la conducta de sus vástagos -Las teorías buscan el punto medio entre el ordeno y mando y la permisividad

16 abr 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

Nadie pone en duda que los niños son arcilla que modelar. Pero, ¿cómo? Frente al ordeno y mando que primó en tiempos de nuestros abuelos, la falta de unas normas claras tampoco parece dar buenos resultados para convivir en armonía. La mayoría de las teorías pedagógicas actuales apuestan por el ansiado término medio, disciplina sin excesos. Ya se sabe, una de cal y otra de arena. Una difícil premisa a la que tratan de dar respuesta algunos de los títulos de libros aparecidos recientemente en el terreno pedagógico. María Luisa Ferrerós, psicóloga especializada en alteraciones del sueño con el doctor Estivill (autor del best-seller Duérmete, niño ), alterna su actividad profesional con la divulgación. Ahora acaba de poner a la venta la cuarta de sus obras, publicada por la editorial Planeta con el título de Pórtate bien y el sugerente subtítulo de El método a medida para entender y educar a los hijo s. «He querido hacer algo así como un manual de instrucciones», explica. Ferrerós propone un método de psicología conductista en el que, mediante el uso de unas tablas de incentivos, los padres escriben los aspectos que quieren mejorar de sus hijos. Cada vez que el niño cumple con alguno de los objetivos se le pone una pegatina en la tabla, y cuando se reúne el número de adhesivos acordados se canjean con un premio que nunca ha de ser material. Las conductas negativas no se castigan. «Los padres repetimos todos los días una serie de prohibiciones: no te subas, no hagas, no cojas... Y eso a los niños les agobia mucho. Éste es un sistema muy pedagógico porque conseguimos trabajar en positivo y, de paso, les enseñamos que cuando uno se esfuerza tiene una recompensa». También con la estrategia de desterrar el castigo de la planificación pedagógica, el veterano Bernabé Tierno ha escrito más de treinta libros de orientación a padres y profesionales. Del último de ellos, La educación inteligente (Claves para descubrir y potenciar lo mejor de tu hijo) , publicado por Temas de Hoy, el autor dice que es «el más práctico» de todos los suyos. «El educando es un ser al que le gustaría que le trataran como a cualquiera y la palabra castigo es per se negativa. Siempre es mejor corregir lo que se ha hecho mal con otras alternativas». Otra de las fórmulas que propugna este experto en psicopedagogía es la de atribuir una virtud a quien no la demuestra. Por ejemplo, al mal estudiante se le señala cómo está prosperando; al maleducado se le agradece su amabilidad; o al tímido se le halagan sus facultades sociales. «Siempre es importante saber esperar lo mejor y demostrar confianza», recalca Berbabé Tierno. La educación inteligente se completa con diez casos ejemplares y dos apéndices sobre la importancia de inculcar disciplina y la educación de los niños superdotados. Desde una óptica más flexible, Carlos Gónzalez, pediatra, dice haber escrito Bésame mucho (Temas de Hoy) «en defensa de los niños». «Los niños son esencialmente buenos; sus necesidades afectivas son importantes, y los padres les debemos cariño, respeto y atención», afirma. González defiende que es imposible malcriar a un niño por hacerle mucho caso, cogerlo en brazos o consolarlo cuando llora, y se muestra inflexible con los supuestos beneficios del cachete a tiempo. «Jamás se debe pegar a un niño. Nadie, en un país democrático y a principios del siglo XXI, se atrevería a justificar este modo de violencia si la víctima fuera un adulto». ?