
Lamentablemente, mi relación con las motos ha sido siempre difícil y muy esporádica. No tengo nada claro haber nacido para sentarme en una Harley-Davidson , pero no puedo ocultar una cierta fascinación por todo ese mundo que se mueve alrededor de las motos. Y lo que se movió ayer en Barcelona fue, efectivamente, todo un mundo. Concretamente ocho mil motocicletas de la legendaria marca norteamericana, montadas por diez mil almas que convirtieron Barcelona en un auténtico festival. Nunca en Europa se vieron tantas Harley juntas, ni tan dispares, porque los moteros viajaron desde puntos de todo el planeta. Los jinetes mecánicos no provocaron ningún accidente, pese a la leyenda negra que acompaña a las tribus de la moto. Ya saben, Los Ángeles del Infierno y todo aquello. Ayer había familias enteras desplazándose en las pontentes motos que, en algún momento se convirtieron (elicono aún sirve) en paradigma de la vida libre y salvaje. Recuerden a Marlon Brando en Salvaje o a Denis Hooper y Chris Fonda en Easy Rider . Los tiempos han cambiado bastante, pero la fascinación por las Harley continúa. Barcelona fue testigo. Harry, descabalgado. Controlar una moto tiene sus complicaciones, pero probablemente es más difícil controlar un caballo. Si quieren más información pueden preguntarle al príncipe Harry , que ayer se dio un buen costalazo mientras disputaba un partido de polo en Londres. El príncipe capitaneaba el equipo británico que cayó contra una selección francesa. Así que fue una tarde aciaga para el pelirrojo y real Harry, a quien más le hubiera valido darse un paseo con una Harley por Barcelona o por cualquier otro sitio. Incluso se le podría preguntar al joven príncipe que cabalgadura considera que tiene más glamur: un caballo británico o una moto legendaria. Tony Miró y los Stones. Ayer fue el día de Toni Miró en París. El diseñador catalán presentó su colección junto a la bilioteca nacional, con una marcada inspiración mexicana. Entre los modelos que lucieron las propuestas de Toni Miró se encontraba Jessie Wood , hijo del guitarrista de los Rolling Stones, Ron Wood . Y es que al creador catalán le encantan ese tipo de guiños con sus modelos, porque también desfilaron con sus creaciones el diseñador de zapatos Carlos Puig y Dave , el dueño de un restaurante chino que Miró frecuenta habitualmente. En cualquier caso, el único español que desfila en París causó sensación. Tomen nota: mucha virilidad, con toques sorprendentes, como lacitos, para el cinturón o para el cuello, como los cow-boys . Plisados verticales y bolsos cruzados. Botas y botines puntiagudos, recogiendo los bajos del pantalón y americanas o camisas sobre camisas y camisetas. Por cierto, éstas últimas arremangadas. Que lo sepan.