Olga Ríos afianza las pieles en Cibeles con una colección barroca

Paloma Abejón LA VOZ | MADRID

SOCIEDAD

La catalana Lydia Delgado puso el broche de oro a la pasarela Concluye la edición más completa y concurrida de la Madrid Fashion Week

17 feb 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

La coruñesa Olga Ríos consagró ayer las pieles como una propuesta imprescindible en la Pasarela Cibeles, después de presentar sus creaciones por segundo año consecutivo. Tras el también peletero José Luis Aznárez, Olga Ríos mostró una colección que ella misma define como romántica y barroca y en la que ha innovado todo cuanto ha podido con las mezclas. Menos agresiva que otros años por la dulzura que el nacimiento de sus sobrinas le ha provocado, la coruñesa ha mezclado pieles con encajes, guipures y brocados y hasta ha diseñado un par de prendas de inspiración claramente en el mundo del bebé con pantalones bombachos, chaquetitas y gorro. Visones rasados a láser, faldas de zorro teñido estampado, faldas de plumas de gallina de guinea y una amplia colección de capas cortas formaron el grueso de sus propuestas, entre las que no faltó una línea de clara tendencia joven en la que Ríos mezcló pieles con vaqueros y con accesorios marineros. Por la tarde, el plato fuerte de la última jornada de Cibeles lo protagonizó, sin duda, la catalana Lydia Delgado, que encandiló con sus impecables prendas y puso el broche de oro a la hasta ahora edición más completa y concurrida de la pasarela madrileña. Con una colección de noche con tops bordados con azabache y faldas larguísimas de satén, faldas tubo de raso con flores aplicadas con pétalos bordados a mano y vestidos cortos de aire inglés con tocados de hojas y pajaritos, la catalana enamoró al público. Toreras románticas Para el día, Delgado combinó vestiditos cortos con toreras románticas, faldas largas con botas de montar y abrigos por encima de la rodilla de lana de saco. La jornada, que no pudo tener mejor final que el desfile de la catalana, contó también con propuestas diferentes, como la de la cordobesa Juana Martín, que, con un estilo absolutamente andaluz lleno de volantes, no dejó indiferente a nadie: o encantó o causó espanto. Por la mañana, en el apartado de jóvenes diseñadores, gustaron mucho las propuestas de Juanjo Oliva y Carmen March. Mientras el madrileño apostó por una mujer muy femenina con trajes en raso de lana y vestidos de crepé italiano que recordaba a Eva en el paraíso, la mallorquina recuperó el terciopelo para las noches.