«He vivido muchos años sin Loewe y puedo seguir viviendo»

SOCIEDAD

El modisto de Betanzos, centrado en el diseño de vestidos de novia y exclusivos trajes de fiesta, presenta esta semana en Madrid su colección más lujosa

11 feb 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Después de dos desengaños profesionales, el primero tras la ruptura con su ex socia y el segundo con la firma Loewe, Jorge Vázquez vuelve a resurgir en una nueva etapa profesional y busca de nuevo la primera fila de los desfiles de moda. De forma paralela a Cibeles, que hoy comienza en Madrid, el diseñador de Betanzos prepara para el próximo jueves una presentación privada en su estudio en la que mostrará su nueva colección. Dedicado en los últimos tiempos a la costura a medida de trajes de novia, quiere recuperar el lado más glamuroso de su creación con una colección de lujosos trajes de fiesta que ha cuidado al máximo. «No quiero hacerlo mal en esta nueva etapa, quiero que el recuerdo que se tiene de mí se vea mejorado», dice.

-¿Esperaba tener tanto éxito al centrarse en crear trajes de novia?

-Pasé a tener un equipo y una agenda solo de novias y vi que ahí había un filón. No me podía imaginar que llegaría a hacer ochenta vestidos de novia al año. Tuve que montar toda una infraestructura, porque el proceso de trabajo es totalmente distinto del prêt-à-porter . En general, hoy hay una vuelta a la confección a la medida. Con la globalización, la gente viaja y puede comprar en todas partes, pero no quiere coincidir con otra persona en el traje. Ya que van a pagar un dinero, prefieren un trato personal y ser atendidas por el propio diseñador.

-¿Sobrevive bien el lujo en medio de la crisis?

-A lo mejor, en el día a día la gente se aprieta el cinturón y se compra básicos o tira con cosas del año pasado, pero para un acontecimiento especial no se priva. De momento, en mi segmento no se nota la crisis.

-¿Ha recuperado ya el uso de su nombre propio, que perdió tras la ruptura con quien fue su socia en sus comienzos?

-Aquello sucedió por un problema con mi ex socia, pero supongo que ya pronto llegaremos a un acuerdo y lo podré recuperar. Tampoco es algo que me preocupe. La gente sigue acordándose de mí como Jorge Vázquez, porque ese es mi nombre, aunque no haya una etiqueta que ponga Jorge Vázquez, sino JV. Pero es un mero trámite comercial y eso no es motivo para frenarme. Han pasado dos años y medio, y tengo muy claro lo que quiero hacer con mi empresa.

-¿Cómo enfoca ahora esta nueva etapa?

-Muy ilusionado con mi nueva colección. No es que sea pequeña, pero no es tan diversa como las que presentaba en pasarela. No hay pantalones, chaquetas... Ahora es puro cóctel, para salir a una fiesta muy arreglada. Es mucho más lujosa. El mercado actual es tan complicado que o te posicionas para competir por precio o te vas a una línea muy alta. Yo he decidido posicionarme en esta gama alta.

-¿Espera volver a la pasarela Cibeles algún día?

-Me gustará volver a Cibeles. Intenté hacerlo en esta ocasión, pero no fue posible por un problema de calendario. Pero también me apetece hacer presentaciones como la que preparo, de forma más exclusiva y privada. Quiero hacer cosas diferentes.

-¿Cómo acabó su fichaje por Loewe?

-Estuve un año trabajando para ellos haciendo la colección comercial para las tiendas, pero por unas diferencias con el diseñador que entonces se ocupaba de la colección de París [José Enrique Oña Selfa] decidí retirarme, porque era insufrible. Le sentaron mal una serie de reportajes que me hicieron en la prensa española y me declaró la guerra. A lo mejor pensaba que yo era un perfecto desconocido y no se lo esperaba..., no sé. Nunca estábamos de acuerdo en nada y nuestros gustos eran totalmente diferentes. Fue una pena, porque el proyecto era interesante y lo que yo llegué a presentar se vendió muy bien. Que me eligieran a mí para aquel proyecto fue maravilloso, pero recuerdo aquella etapa como un horror. Así que decidí que yo tengo mi empresa, mi clientela, y he vivido muchos años sin Loewe y puedo seguir viviendo el resto de mi vida. Ahora todo lo que tengo es mío, lo controlo yo y prefiero levantarme cada día y disfrutar con lo que hago.