«El hallazgo de fósiles en Galicia es excepcional, por eso valen mucho»

SOCIEDAD

El profesor ferrolano, que hace 30 años fue pionero en las excavaciones de Atapuerca, compila cuatro decenios de trabajo en un ensayo sobre esta actividad en España

10 ago 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Relata Emiliano Aguirre (Ferrol, 1925) en Homo Hispanicus algunos casos de eminentes científicos extranjeros que pasaron en su vida más tiempo de rodillas, sobre el suelo buscando huesos, que de pie. El suyo es un caso próximo. Sus experiencias y lo que antes hubo en excavaciones, desde el siglo XIX, lo relata en la obra que acaba de editar Espasa. Un ensayo que sirve para conocer los antecedentes de los excepcionales hallazgos de Atapuerca, proyecto que Aguirre, premio Príncipe de Asturias, inició. Uno de sus sucesores, el paleontólogo José María Bermúdez de Castro, apostó esta semana por que «en España puede haber restos más antiguos que los encontrados en Atapuerca».

-¿Queda mucho por descubrir para los arqueólogos y paleontólogos?

­-Solo en la Península, muchísimo. En todas partes quedan restos por descubrir, aunque casos como el de Atapuerca hay pocos. Pero sí, queda tarea para las próximas generaciones. En Atapuerca falta también mucho, seguro, aunque se trata de un caso distinguido en el mundo. Pero aún se está empezando. Es una tarea apasionante para quienes gustan de buscar con paciencia.

-¿No ha faltado algo de aprecio de las instituciones y de los propios ciudadanos hacia ese trabajo y hacia la protección de esos restos?

-En España tal vez lo que falta es pasión para valorar este tipo de conocimiento, el conocimiento científico que busca la relación entre diferentes cosas, funciones y operaciones que existen en la naturaleza. En España nos hemos interesado más por la cultura, por el arte, por cosas prácticas que agradaban? Que está muy bien, pero se ha valorado poco el conocimiento científico, y cuando se ha hecho ha sido para buscar resultados de forma casi inmediata, en farmacia, en botánica, en medicina, en tecnología? Y así hemos ido dejando otras cosas del saber. Ahora tal vez sí tengan algo más de resonancia los científicos, pero en otros países se valoran mucho más. Cuando empecé con el programa de excavaciones de Atapuerca, mis colegas en otros países me preguntaban: «¿Pero quién va a estudiar eso?». Yo me ocupé de ir formando.

-Tratándose de piezas de cientos de miles de años, ¿cuántos errores ha habido en la investigación e identificación?

-Pues ha habido, sí, suele pasar cuando no se dispone de historia escrita sobre lo que vas a estudiar. Porque los restos pueden aparecer arrastrados o mordidos, y un paleontólogo tiene que mirar todo eso, la secuencia de la muerte y todo lo que ha habido después hasta la aparición de un hueso. Hay que investigar, deducir, establecer hipótesis, eliminar posibilidades y no dejarse llevar por la subjetividad. En la propagación de los errores a veces ayuda la prensa o las escuelas científicas que tienen más influencia.

-¿Cuántas veces ha oído hablar de casos de una obra que se ejecuta, aparecen restos arqueológicos, se cubren y se sigue adelante?

-Eso existe, claro. Yo de hecho lo experimenté en Atapuerca, por descuidos de directores generales que me lo negaban, pero tuve un apoyo importante de la sociedad burgalesa. La importancia de los restos de Atapuerca se olvidó e ignoró en algunos planes de autopistas y de otras instalaciones. Pero frente a quien hace los proyectos?

-¿De qué hallazgo se ha sentido más orgulloso tras tantos años de trabajo?

-De todos, porque todos los restos ayudan de una u otra forma. De las 5.000 piezas halladas en la sima de los huesos [es una de las zonas de Atapuerca], hay cráneos, hay huesos de oídos, hay otras más antiguas, de 300.000 años, de 800.000, de más de un millón... Y lo que queda. También en Galicia, donde hubo varias experiencias. Ha de excavarse con cabeza, con responsabilidad, y no permitir el saqueo, claro.

-¿Y por qué en Galicia no se han dado casos de excavaciones con resultados más relevantes?

-Galicia tiene pocos fósiles humanos porque el medio ácido del suelo y la lluvia son contrarios a los procesos de fosilización. Ahora se va estudiando algo por el norte y también existe algo hacia el noroeste, en terrenos calizos. Precisamente por esas circunstancias, los hallazgos en Galicia son excepcionales, por eso valen mucho.