La pasarela renueva sus mitos

SOCIEDAD

Pivovarova, Kostromicheva o la española Sheila Márquez preparan el relevo generacional de Kate Moss o Heidi Klum

18 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Giselle Bundchen, Kate Moss y Heidi Klum encabezaron la lista Forbes de las modelos mejor pagadas en el 2008, con 27, 11 y 5,7 millones de euros respectivamente. La brasileña tiene 28 años. La inglesa y la alemana, 35. Es evidente que la sudamericana tiene aún cuerda para rato en el universo de la moda, aunque no está tan claro que sea capaz de mantener por mucho tiempo su posición de privilegio. Moss y Klum resisten aún en el ocaso de su trayectoria.

Por detrás vienen ya realidades con tanta personalidad como Natalia Vodianova, Doutzen Kroes o Karolina Kurkova, destinadas a copar las primeras posiciones a corto plazo, pero la exigencia de la pasarela internacional, que apuesta cada día por profesionales más jóvenes, ha llevado a las marcas más prestigiosas a replantearse ya el siguiente relevo generacional, con dos estilos marcados: los rostros angelicales, blancos y glaciares, generalmente de modelos del Este de Europa, y otros más mediterráneos.

El primer perfil sigue siendo el dominante. Sasha Pivovarova, de 24 años, es el nombre de referencia y una futura aspirante al trono de Giselle. La rusa es la top que más portadas acapara en las revistas especializadas y por ella se pelean ya Chanel, Louis Vuitton, Yves Saint Laurent, Ungaro y Kenzo, aunque Prada, que parece quererla en propiedad, la ha convertido en fetiche de la marca. Entró por casualidad en el mundo de la moda porque en el 2004 su novio - hoy marido-, fotógrafo profesional, se empeñó en enviar un trabajo a una agencia.

En un estilo no muy diferente, la holandesa Anna de Rijk, de 23 años, se abre hueco desde el reality show que la lanzó a la fama. Hoy desfila en París para Dries van Noten, Lanvin o Miu Miu.

En el bando de las modelos de aspecto más latino destaca Alla Kostromicheva (23 años), aunque su nacionalidad ucraniana pueda lleva a engaño sobre ese punto. La revista Stylo America la consideró este año la de mayor proyección entre las nuevas divas. Ya ha logrado desfilar en Nueva York para Alexander Wang y Donna Karan, y en París para Yves Saint Laurent y Alexander McQueen.

Otros nombres que sonarán con fuerza en los próximos años son Hanna Rundlof, Dorothea Barth Jorgensen, Maryna Linchuk, Magdalena Frackowiak, Kendra Spears o la española Sheila Márquez, que con 20 años a sus espaldas acumula ya una notable experiencia internacional.

Pero si algo van a tener en común todas ellas son unos ingresos bastante más moderados que los de sus predecesoras. El pacto entre las grandes firmas de la alta costura para acabar con esos mitos de carne y hueso que eclipsaban sus diseños y arruinaban sus empresas ha humanizado considerablemente los cachés. Se acabaron los tiempos de Naomi Campbell, que aún en el 2007 cobró 150.000 euros por hora a una diseñadora gallega que la contrató para Gaudí. Hoy, el sueldo medio de una buena top española puede rondar los 9.000 euros por un desfile en Cibeles.

Mayor erotismo

El perfil de los nuevos modelos de pasarela, tanto hombres como mujeres, es «cada vez más joven, con predominio de la estética del Este y con una notable carga erótica», según el diseñador gallego Cristóbal Vidal.

Vidal es el profesional con el que debutó el 4 de febrero del 2004 el bilbaíno Jon Kortajarena, referencia internacional en moda masculina y relevo natural del también español Andrés Velencoso. «Ya entonces tenía todo lo que buscamos los diseñadores al elegir un modelo: atractivo físico, que sugiera algo a primera vista para que el público no tenga que esforzarse en procesar la sensación que le produce, y versatilidad. Podía ponerse cualquier prenda», explica.