La diseñadora María Barros fue la octava y última representante gallega en esta 50.ª edición de la pasarela Cibeles, que finalizó ayer con un arrollador protagonismo de los creadores de esta comunidad autónoma.
Barros, muy aplaudida por el público, recreó el mundo teatral en clave de ópera de Chaikovski, con una colección confeccionada en naranja y azul petróleo, aunque matizada con los básicos blanco y negro, así como con distintas gamas de azules. Una colección presidida por sedas, organzas, rasos y algodones, con formas que aportan volumen a las distintas prendas, como en el caso de las faldas globo y otras a capas y con minivolantes rígidos que se asemejan en apariencia a una tarta. Se aplica en jaretas, pliegues y cortes a capas para terminar con las formas más caídas y envolventes para la noche.
Y es precisamente el traje de noche, una de las prendas favoritas de la diseñadora gallega, el que dio mayor presencia y empaque a una colección que buscó en los asistentes a Cibeles un impacto cromático que entroncase con el tema genérico: el drama romántico de la ópera de Chaikovski.
Sofisticación y barroquismo, curiosamente para presentar una colección primavera-verano 2010 de proyección muy urbana. Barros apuesta por una heroína moderna, esbozada ya así por el compositor ruso, una mujer de paso firme, que sabe lo que quiere y no teme mostrarse tal y como es ni tomar la iniciativa al decidir.
Ayer desfiló también la gallega Estíbaliz Pereira, actual Miss España. Lo hizo para la diseñadora Juana Martín.