El alcalde asegura que la capital salmantina «no es un vomitorio, ni una borrachera colectiva».
10 nov 2009 . Actualizado a las 19:36 h.Salamanca se quedará este año sin la Nochevieja Universitaria, una iniciativa que se trasladará a otra ciudad, y que había celebrado ya cuatro ediciones con la asistencia de más de 35.000 jóvenes, quienes despedían el año en la Plaza Mayor comiendo gominolas en días previos a las vacaciones navideñas.
Así lo ha señalado este martes en rueda de prensa uno de los miembros del grupo gestor de la Nochevieja Universitaria, José Gutiérrez, quien ha preferido no desvelar la ciudad que acogerá la celebración el próximo día 10 de diciembre.
Gutiérrez ha justificado la renuncia en el sentido de que la actividad «no es bien recibida por la ciudad de Salamanca» al hilo de las declaraciones que ayer realizó el alcalde Julián Lanzarote en el sentido de que capital salmantina «no es un vomitorio, ni una borrachera colectiva, ni un botellón disfrazado de algún tema de beneficencia», sino una «ciudad Patrimonio de la Humanidad».
En este sentido, ha añadido que la intención del grupo «no es molestar», al tiempo que ha tildado de «no oportunas», aunque respeta las manifestaciones del regidor municipal, al que ha considerado «legitimado para ello, puesto que fue elegido por la mayoría de los salmantinos».
Además, ha aseverado que la renuncia «no se debe a cuestiones económicas», razones esgrimidas por el Ayuntamiento en el sentido de que los organizadores debían hacerse cargo de los gastos extraordinarios que se generan en el servicio de limpieza y en la Policía Local, sino a que «no nos sentimos apoyados».
En este sentido, ha sostenido que los 1.200 euros que se les pidieron el año pasado fueron abonados y de ahí que haya calificado las trabas del Consistorio en el sentido de que «Salamanca no sea la ciudad adecuada para que el colectivo universitario celebre esta actividad».
Por último, Gutiérrez, que ha cuantificado en 100.000 euros el presupuesto total de la Nochevieja Universitaria, ha aseverado que en la edición de 2008 «se produjeron menos incidentes que un sábado cualquiera» y que los estudiantes que en ella participaron procedentes de otras ciudades «dejaron riqueza, no sólo en lo que bebieron, sino también en alojamiento y manutención».
Tras reconocer que la fiesta «tiene contras» al igual que «los sanfermines de Pamplona o las Fallas de Valencia», ha considerado que «la ciudad de Salamanca debería coger a veces el testigo de una modernización y de entender que hay conceptos para los cuales tenemos que tener amplitud de miras».