Sobrios, elegantes y sorprendentemente actuales, más de una treintena de vestidos de Audrey Hepburn se exponen en Londres, donde serán subastados hoy, en lo que supone la mayor puja de objetos de la estrella celebrada hasta la fecha. Tras una gira por dos de las plazas de la moda por excelencia, Nueva York y París, este pedazo del ropero de la protagonista de Desayuno con diamantes ha recalado finalmente en una céntrica y selecta galería del centro de la ciudad del Támesis, generando una expectación solo comparable al halo que en su día envolvía los movimientos de Hepburn (1929-1993).
«Es increíble. No he visto una respuesta igual en mis 29 años de carrera», explica la responsable de la subasta, Kerry Talor, que añadió que «tanto jóvenes adolescentes como mujeres de muy avanzada edad» han mostrado en las últimas semanas su interés por conocer de cerca el interior del armario del icono hollywoodiense de los años sesenta. Entre los diseños que saldrán a subasta se encuentra el vestido de novia que las hermanas Fontana elaboraron para que Hepburn contrajera matrimonio con el británico James Hanson, un enlace que, sin embargo, nunca llegó a celebrarse. El vestido, por petición de Hepburn, fue a parar a una joven italiana sin recursos.
También saldrán a subasta piezas únicas firmadas por Valentino, Yves Saint-Laurent y su gran amigo Hubert de Givenchy, con quien mantuvo una gran simbiosis. De hecho, las manos del diseñador galo dieron a luz, entre otros, al vestido que Hepburn lució en la mítica cinta Sabrina y la actriz se encargó de incluir en sus contratos una cláusula en la que obligaba que su vestuario fuera creado por Givenchy. Si algo que impresiona del fondo de armario de la actriz es la actualidad de los cortes, materiales y estampados de las prendas. La subasta ofrece 36 vestidos creados entre 1953 y finales de los sesenta.