Más de un millón de niños españoles sigue mojando la cama pasados los 5 años

La Voz

SOCIEDAD

El sufrimiento que atraviesan los afectados se refleja claramente en sus dibujos.

11 feb 2010 . Actualizado a las 15:56 h.

Más de un millón de niños españoles en edad escolar sigue mojando la cama después de los cinco años, aunque el problema continúa hasta en el 2% de los menores por encima de 16 años, lo que afecta a su rendimiento escolar, a sus relaciones sociales, a su vida diaria y a la de su familia.

El sufrimiento que atraviesan los afectados se refleja claramente en sus dibujos, como muestra un nuevo libro titulado «Coloresis», coordinado por Francisco Javier Quintero, jefe de Psiquiatría del Hospital madrileño Infanta Leonor, y José Luis Montón, pediatra del Centro de Salud Mar Báltico de Madrid.

La publicación, en la que han participado 225 pediatras de España, analiza doscientos dibujos correspondientes a cincuenta casos de enuresis nocturna, en pacientes entre cinco y catorce años.

Quintero ha resaltado, en una rueda de prensa, la valía de los dibujos como herramienta para la comprensión del mundo infantil, pues en ellos se vuelca su experiencia vital cuando la palabra carece de agilidad y fluidez.

El doctor ha recordado que los niños, sobre todo a edades tempranas, no son siempre capaces de verbalizar sus sentimientos, por lo que los dibujos se perfilan como una herramienta muy útil para la manifestación de sus vivencias y emociones, miedos, preocupaciones y frustraciones.

Montón ha agregado que la interpretación del grafismo, desarrollado a finales del siglo XIX, está relacionada con múltiples aspectos entre los que se encuentran la posición de la hoja, la secuencia de los elementos, el tamaño, la colocación en el espacio, la presión, los trazos, los detalles, los colores, la temática, la omisión de detalles importantes o el movimiento.

Ambos han coincidido en que los niños enuréticos, que orinan sin despertarse al menos dos o más veces en un mes, sienten inseguridad, malestar y baja autoestima, por lo que, en la gran mayoría de los casos, tienen baja motivación escolar, timidez, aislamiento social, sentimiento de vergüenza y culpa.

Esta situación limita sus actividades extraescolares, como la asistencia a campamentos o a casa de sus amigos, y supone un problema en casa con trastornos en el sueño para la familia que debe hacer cambios y lavado de ropa frecuentes, carga económica -se estima que supone al año un gasto superior a mil euros-, trastornos psicológicos y ocultaciones del asunto, en ocasiones.

Quintero ha comentado que los dibujos manifiestan el antes y el después del tratamiento, ya que el niño con enuresis plasma la noche como algo angustioso y que quiere evitar, mientras que, una vez solucionado su problema, las imágenes cambian y ofrecen una visión relajada, abierta, propia de un menor integrado.

La doctora Mercedes Loro, psiquiatra de niños y adolescentes de la Clínica Doctor Quintero, ha indicado que esta patología infantil tiene un tratamiento eficaz y un buen pronóstico.

El riesgo de los niños de seguir padeciéndola es del 3 por ciento, si no reciben tratamiento activo en la infancia pues, aunque la prevalencia disminuye, la frecuencia y severidad aumenta progresivamente con la edad.

Los expertos coinciden en que superar esta situación requiere la colaboración de los distintos especialistas, los padres y los menores.

Entre las maneras de abordarla figuran la restricción de líquidos a última hora de la tarde, orinar antes de acostarse, entrenarse en el control de la retención, despertar nocturno del niño para realizar la micción en el cuarto de baño, entrenarle en las tareas de limpieza de lo ensuciado o determinadas técnicas de aversión a las consecuencias.

Desde el ámbito farmacológico, ha apuntado Quintero, se puede afrontar la incontinencia con desmopresina, una hormona sintética análoga a la hormona antidiurética (vasopresina), que es muy efectiva para su tratamiento y que no tiene efectos adversos.