Siempre rodeado de hermosas mujeres y con dos hijos nacidos de sendas relaciones esporádicas
SOCIEDAD
Lo que en cualquier parte sería un escándalo se convirtió en Mónaco en un bálsamo contra los rumores. Era la paternidad del príncipe Alberto de dos niños, fruto de sendas relaciones esporádicas que tuvo el aristócrata y que reconoció oficialmente como hijos suyos poco después de la muerte de su padre.
La primera noticia se tuvo pocos días después del fallecimiento de Rainiero, y se refería a Alexandre Eric Stéphane, nacido el 24 de agosto del 2003 en París de una breve relación de Alberto con una azafata francesa nacida en Togo, Nicole Coste. Él reconoció al niño ante un abogado y esperaba a que pasase el luto por su padre para inscribirlo en el registro del Ayuntamiento; Nicole Coste aprovechó el momento y exigió que se registrase rápidamente, y así se hizo.
Un año después volvía a saltar la noticia: Alberto de Mónaco era padre de otro menor. En este caso se trataba de una niña americana, Jazmín Grace, nacida en 1992, y que fue fruto de una relación breve del príncipe con la camarera Tamara Rotolo. También en este caso hizo falta una amenaza por parte de la madre para que Alberto reconociese a la niña, aunque una vez hecho aseguró que la joven pasaría temporadas en el principado. Habitualmente Jazmín Grace vive en Palm Spring, California.
Con estos anuncios, se disipó de golpe una de las dudas más recurrentes en las familias reales, la tendencia sexual de Alberto. Con su pertinaz soltería el príncipe alimentó todo tipo de rumores y de nada servía presentarse rodeado de bellísimas mujeres.
Shields, Schiffer y Obregón
En la nómina de acompañantes del entonces heredero monegasco había nombres de relumbrón, como la actriz Brooke Shields, o las modelos Claudia Schiffer o Tasha de Vasconcelos. Todas definen al aristócrata como un hombre encantador, un caballero con finísimo sentido del humor y muy atento. Otras no reconocen, o sí, haber tenido algo con el único hijo varón de la bella Grace, y entre esas está Ana García Obregón. Eso sí, desde que apareció Charlene, nunca trascendió que el príncipe tuviese otras acompañantes.