Moraña, donde se asaron 148 carneiros ao espeto, y Aguiño, con el reparto de casi dos mil kilos de percebes, fueron las citas principales
26 jul 2010 . Actualizado a las 12:06 h.Sol, playa... y comilona. Galicia vivió ayer uno de los días grandes en lo que se refiere al aspecto gastronómico, pese a que miles de gallegos se decidieron por la playa. Destacaron las citas de Moraña, con el carneiro ao espeto, y de Aguiño, con el percebe.
La fiesta del carneiro ao espeto alcanzó su 41.ª edición con excelente salud. Y eso que las altas temperaturas propias de un día de playa y la conmemoración del Día de Galicia restaron protagonismo a la cita, que, sin embargo, congregó a a miles de personas en la carballeira de Santa Lucía. El espectáculo volvió a estar en el asado de los 148 carneiros, de los que 117 se distribuyeron en la comida oficial, en alrededor de una decena de hogueras. De la mano de Suso de Moraña, una decena de cocineros demostraron que, en esto del espeto, Moraña es el número uno.
«Os mellores percebes»
«Son os mellores do mundo». Así de contundente se expresaba un comensal que ayer acudió a la fiesta del percebe de Aguiño, en Ribeira, que fue un éxito. Fuentes de la organización señalaron que en total se sirvieron unos 1.900 kilos y que apenas duraron tres horas, pues el reparto comenzó poco después del mediodía y se echó el cierre pasadas las tres de la tarde.
Miles de personas acudieron a la localidad aguiñense para hacerse con un plato de este preciado marisco. Pero no fue tan fácil conseguirlo. Antes de abrirse los mostradores, ya había colas de más de cien metros.
La degustación gastronómica también incluía 130 empanadas de diversas especies y que se acabaron en una hora. Las existencias se fueron agotando y, al final, las viandas se servían sin pan ni vino.
«Foi un éxito de participación», decía el patrón mayor, José Manuel Oujo, pues «nunca tanta xente veu á festa». Las raciones, a 12 euros, eran muy completas y con marisco de una excelente calidad, según fuentes de la organización. Eso sí, la gente se fue encantada, a pesar de las esperas para hacerse con el marisco, y eso que había más de treinta personas atendiendo al público.