Alumnos de la USC bordaron el papel de víctimas en un simulacro de derrumbe
30 nov 2010 . Actualizado a las 02:48 h.Hay muertos en CSI menos creíbles que los estudiantes que ayer participaron en un simulacro de derrumbe en la Facultad de Medicina de Santiago. Eran 36, les dijeron que se lo tomaran a pecho y le echaron tanto realismo que si los ve trabajar Tarantino los contrata a todos.
Había que simular que el techo del salón de actos se venía abajo, con el correspondiente destrozo humano: fracturas abiertas, conmociones, un hierro clavado en la cabeza, histeria... Maquillaje de premio. «Non, mortos non hai ningún, non é agradable», explica Xesús Martínez, jefe de los bomberos compostelanos. Xesús era también el encargado de ahumar la escena con una inofensiva máquina que funciona con parafina. En minutos, el salón de actos era una producción digna del Festival de Sitges. Bomberos, sanitarios y policías se coordinaron a la perfección y rescataron a los extras. «¿¡Dónde está mi noviaaaa!?», gritaba desgarrado un figurante todo escarallado. Unos y otros aprobaron con nota.