La sobriedad marcó la primera gran cita parisina con la alta costura
25 ene 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Solo un genio como John Galliano es capaz de pasar en solo dos días de esa mezcla extravagante de Nureyev con Piratas del Caribe que mostró en su colección para hombre de París a la sobriedad exquisita de la línea de alta costura para Christian Dior con la que asombró ayer al mundo de la moda en el Museo Rodin, donde se celebró la primera jornada de la Alta Costura Primavera-Verano 2011.
Sobriedad que convierte en perfectamente ponible una colección de élite que, nacida de la imaginación del maestro británico, bien podría haber sido un ejercicio de ingenio imposible de vestir.
No es el caso. Galliano devolvió a Dior a su new look de los cincuenta, su línea por antonomasia, con esos vestidos que marcaban la cintura de avispa de actrices como Doris Day o Grace Kelly y que se colaron para siempre en la iconografía del cine: talle ajustado para volar después la falda con mucho volumen y caída por debajo de la rodilla. Un estilo que recuperan ahora series como Mad men. Para resaltar ese new look, Galliano no escatima en tacones altos que refuerzan su revisión de la moda de los cincuenta, esa que aupó a Dior a la cima del diseño.
Entre los recursos del modisto destaca también un revival de sombreros de época, reinterpretados por él, claro, y el abuso intencionado del maquillaje, con las modelos vinculadas por el rechamante carmín de sus labios y las cejas, violentamente marcadas en rojo.
En una vuelta de tuerca más, Galliano utilizó como fuente de inspiración las ilustraciones de René Gruau, del que Londres acaba de acoger una exposición con los dibujos que realizó en los años cincuenta, precisamente sobre los vestidos de Dior. El arte dentro del arte que propuso Galliano con este desfile, cargado de simbología, se refleja con un nuevo giro en la paleta de colores del diseñador, que recoge los colores de Gruau y degrada con intención el tono de los vestidos en la pasarela para emular el efecto de la acuarela. Un juego inteligente, culto y solo al alcance de un gran artista.