La insistencia del ministerio de Ana Mato en circunscribir la última muerte al «entorno familiar» desata el malestar de las feministas
28 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Una mujer de 33 años y origen ruso murió el lunes en Almería a manos de su pareja, un español de 71 años, que después se suicidó. Para el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad se trata de la víctima 59 de este tipo de agresión en lo que va de año, un caso más de «violencia en el entorno familiar». Este giro lingüístico -y no el término políticamente correcto «de género» o el periodístico y consentido «machista»- ha desatado el primer conflicto de la recién estrenada ministra Ana Mato.
Esta ha querido distanciarse del término hecho famoso por los socialistas, especialmente por la que fue ministra de Igualdad, Bibiana Aido. De hecho, en su discurso de toma de posesión, Ana Mato habló de intensificar desde el consenso la lucha contra la lacra de «la violencia que se ejerce contra las mujeres», aunque en este caso la terminología es aceptada por los colectivos feministas.
Tras el comunicado, en las redes sociales se desató el malestar, que escenificó la ya únicamente diputada socialista Leire Pajín, para quien es muy importante «llamar a las cosas por su nombre». Según recoge Efe, Pajín ha insistido en que las palabras «no son neutras» y ha confiado en que se siga manteniendo el concepto de violencia machista y de género.
Según ha explicado, la violencia contra las mujeres no se ejerce solo «dentro de las casas», sino que también hay muchos asesinatos que se cometen fuera de este ámbito y tienen que ver con «una desigualdad profunda» que es, a su juicio, «la base» de esa violencia. Y la presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas (FMP), Yolanda Besteiro, esperaba que la frase de Mato hubiese sido «un lapsus de la ministra y no un cambio de tendencia en la lucha contra la violencia de género, y un paso atrás».
La terminología no importa
Tras las protestas ha salido al paso la propia ministra de Sanidad. Para Ana Mato, la terminología es «lo menos importante» para referirse a la violencia machista, y ha corroborado que «lo importante es que ayer otra mujer murió en España a manos de la persona que se supone que más la quería».
Ana Mato habló tras la toma de posesión de Ana Botella como alcaldesa de Madrid, y dijo que «violencia machista, o violencia de género, o violencia doméstica; da igual el nombre», porque lo importante es que «al final es un asesinato».
Esa misma línea siguió Sandra Moneo, dirigente del PP, quien criticó a su vez que «la única respuesta» de Leire Pajín al suceso sea «la preocupación por la terminología», a la vez que dijo que el PSOE había sido «incapaz de gestionar» la ley contra la violencia de género.
En 1995, la ONU celebró una convención sobre la mujer en Pekín y se acordó utilizar la expresión de «violencia de género», porque «gender» (género en inglés) era un término del feminismo desde los años setenta y alude a diferencias culturales que van más allá de las sexuales (biológicas).