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El temerario austriaco que quiere dar un salto sin precedentes en caída libre
14 oct 2012 . Actualizado a las 22:34 h.Si el tiempo lo permite el deportista de alto riesgo Felix Baumgartner tratará de cumplir mañana su sueño de ser el primero en superar la velocidad del sonido en una caída libre desde la estratosfera, después de que el martes se suspendiera el lanzamiento por el fuerte viento.
Un salto al vacío de 15 minutos, cinco de ellos en caída libre, con velocidades de más de 1.100 kilómetros por hora y temperaturas de 68 grados bajo cero, como la que planea el austríaco Felix Baumgartner, supone someter al organismo a unas condiciones extremas que pueden ser fatales.
Los riesgos empiezan ya con el ascenso en globo hasta la cota prevista de 36.576 metros. A los 19 kilómetros se cruza la llamada línea de Armstrong, a partir de la que la presión atmosférica es tan baja que el agua se evapora.
Jonathan Clark, jefe médico de la «misión estratos», compara lo que ocurriría con la sangre y los tejidos de Baumgartner con la explosión de burbujas que se produce al abrir una botella de gaseosa.
«Eso puede causar la muerte muy rápidamente», advierte el experto, en declaraciones que recoge la radiotelevisión pública austríaca ORF.
La baja presión implica otros riesgos, como que los gases acumulados en el cuerpo se expandan (por eso el saltador evitará los alimentos con fibra antes de la misión) o se produzca una embolia por la formación de burbujas en el riego sanguíneo.
Para evitar problemas, Baumgartner cuenta con un traje presurizado que, aparte de proteger de las bajas temperaturas, mantendrá estable la presión alrededor del cuerpo del austríaco.
El traje, sin embargo, difiere de los usados por los pilotos de avión, ya que debe dejar al austríaco suficiente movilidad y visibilidad para poder moverse y «bucear» en el aire durante su caída.
Tras saltar al vacío, el cuerpo de Baumgartner tardará unos 30 segundos en alcanzar 1.110 kilómetros por hora, lo que a esa altura le permitirá, previsiblemente, romper la barrera del sonido.
Esa enorme aceleración es uno de las mayores preocupaciones del equipo de la misión, ya que se sabe que la colisión de ondas de choque puede alterar o incluso romper objetos.
Pero durante un descenso de 15 minutos de duración total pueden pasar más cosas, como que Baumgartner pierda el control y la caída libre degenere en una caída en barrena o en espiral.
En este caso, si el eje de rotación se fija en los pies, la acumulación de sangre puede provocar que el austríaco pierda el sentido. Si la sangre se desplaza a la cabeza, el peligro es mayor, con posibles hemorragias cerebrales y en los ojos.
Si se da esa situación, Baumgartner cuenta con un paracaídas que se abriría automáticamente para estabilizar la caída si la barrena dura demasiado tiempo o es demasiado intensa.
La galería de posibles horrores es aún más larga. Un aterrizaje descontrolado o demasiado violento; la intensidad de la radiación ultravioleta o incluso que una apertura prematura del paracaídas ralentice el descenso hasta el punto de que al saltador se le acabe el oxígeno.
Las claves del salto
Cápsula, globo de helio y traje presurizado. La cápsula está diseñada para proteger a Baumgartner durante su ascenso hasta los 36.576 metros, desde los que saltará. La nave pesa 1.315 kilos, tiene 3,4 metros de alto y 2,5 metros de ancho.
La mayor parte de su estructura es de fibra de vidrio reforzada y poliepóxido. La cubierta externa está especialmente creada y presurizada para aguantar las temperaturas de hasta 70 grados bajo cero que hay en la estratosfera.
La cápsula será elevada por un gigantesco globo que, en su momento de máxima extensión, medirá 180 metros de largo y que requiere de alrededor de dos horas y media para inflar sus 849.500 metros cúbicos de volumen. Si se extendiera, su cubierta plástica cubriría 16 hectáreas.
La película sintética que conforma el globo es muy delicada, ya que el plástico en el que está fabricado es de apenas 0,002 centímetros de grosor, diez veces más fina que las bolsas de plástico para congelar alimentos.
Los diez operarios que trabajan en desplegar el globo usan guantes de algodón para no dañarlo, y una vez abierto no puede volver a utilizarse. La velocidad de ascensión es de alrededor de 300 metros por minuto. La misión central seguirá el globo en contacto con las autoridades estadounidenses de aviación civil.
Baumgartner contará también con un traje presurizado para protegerle de las condiciones extremas en la estratosfera. El salto es por encima de la denominada Línea de Armstrong, a 19.200 metros, un punto donde la presión del aire es tan baja que sin el traje, todos los fluidos corporales se evaporarían.
- Condiciones meteorológicas idóneas de lanzamiento. Debe de soplar muy poco viento para lanzar el globo que arrastre la cápsula.
Lo ideal es menos de tres kilómetros por hora por debajo de los 244 metros de altitud. Los vientos son también una preocupación en la frontera de la estratosfera, donde las turbulencias son comunes. El cielo debe estar despejado, por exigencia de la legislación estadounidense y si las temperaturas son bajas, mejor.
A mayor calor, mayor es la velocidad del sonido. Por eso será en la estratosfera donde se intentará romper la barrera del sonido en los primeros 40 segundos de caída libre. En condiciones normales, en la atmósfera terrestre la velocidad del sonido son 1.234 kilómetros por hora, en la estratosfera se puede alcanzar con unos 1.110 kilómetros hora. El lugar escogido, Roswell, Nuevo México (EEUU), cumple las condiciones para el proyecto.
- Las cuatro marcas que se pretenden batir:
El primer humano que rompe la velocidad del sonido sin apoyo mecánico en una caída libre, algo que se logrará con una velocidad estimada de 1.110 kilómetros por hora en los primeros 40 segundos.
Hasta ahora el récord estaba en 988 kilómetros por hora.
La caída libre desde el punto más alto, 36.576 metros, cuando el récord anterior, de hace 52 años, era de 31.333 metros.
La caída libre más larga, alrededor de cinco minutos y 35 segundos, cuando el récord anterior era de cuatro minutos y 36 segundos.
El vuelo tripulado en globo al punto más alejado de la tierra, 36.576 metros (el anterior récord era de 34.668 metros). La velocidad de caída de Baumgartner será recogida por el instrumental que lleva en su traje presurizado y expertos independientes ratificarán si ha superado la velocidad del sonido.
- La misión Red Bull Stratos tiene como objetivo «proporcionar información que promoverá el avance de la seguridad aeronáutica».
Los datos que obtendrá se podrán utilizar para desarrollar una nueva generación de trajes espaciales con mayor movilidad y visión.
Además, se puede utilizar el resultado de ese experimento como base para protocolos de actuación para rescatar astronautas en el espacio cercano. Por último, se indica que la misión servirá para conocer los efectos sobre el cuerpo humano de la aceleración y la desaceleración supersónica, incluido el desarrollo de innovaciones en los sistemas de paracaídas.