Lejos de la clásica estampa real, el siniestro e hiperrealista trabajo del pintor Thomas Kluge ha causado auténtico estupor en Dinamarca
25 nov 2013 . Actualizado a las 21:50 h.El primer retrato de la familia real de Dinamarca en los últimos 125 años ha dejado atónitos a todos los daneses. Alejado de los cánones clásicos a los que se suelen acoger los monarcas para inmortalizarse, el trabajo del pintor Thomas Kluges -cuatro obras encargadas hace cuatro años por Margarita de Dinamarca- ofrece una hiperrealista e incluso grotesca visión de los actuales miembros de la familia real.
Bautizada como Kongehuset, la polémica e inquietante obra retrata a la reina Margarita y a su esposo Enrique de Laborde con sus dos hijos -el heredero Federico y Joaquín-; a sus nueras Mary y Marie, y a sus ocho nietos en una sala del Palacio de Fredensborg. La pintura envuelve a la familia real en una terrorífica atmósfera, a la que contribuye el desequilibrio de tamaños entre los diferentes personajes, en concreto el escalofriante príncipe Cristian, hijo de Federico y futuro rey de Dinamarca, situado en el centro del cuadro, visiblemente ajeno al resto de los protagonistas.
Desde la casa real explican que los actuales y futuros monarcas buscan el contacto visual con el espectador de la obra, mientras que el resto de familiares han sido retratados en su propio universo, en un segundo plano. Todos los niños se presentan jugando, a excepción del recto y severo príncipe Crístian, que parece consciente de sus responsabilidades futuras.
Frente a las críticas vertidas por los medios daneses y las redes sociales, que tachan de espeluznante y estremecedor el lienzo, el responsable del controvertido retrato se ha respaldado en la modernidad y en la innovación, argumentando que se trata del reflejo de una «familia moderna y un pedazo de la historia real». Kongehuset estará expuesta en el Museo de Amalienborg hasta marzo del 2014, fecha en la que será trasladada a la residencia de la pareja real en el Palacio de Fredensborg.