El trasero de la duquesa de Cambridge se convierte en una cuestión de Estado

n. b. REDACCIÓN

SOCIEDAD

Ahora la polémica está en la publicación de las imágenes de la última muestra del trasero real

29 may 2014 . Actualizado a las 12:28 h.

A la duquesa Catalina Middleton Eolo le ha jugado ya varias pasadas. Las faldas o vestidos de la joven esposa del heredero al trono británico Guillermo son pasto del viento en repetidas ocasiones. Demasiadas ya para algunos. A la llamada de la reina Isabel II de usar «adecuada vestimenta» le avala la experiencia -que no el puritanismo que muchos quisieron encontrar en sus palabras- y si no toma nota la joven Catalina volverá a ser pasto de los focos cuando los servicios de meteorología pronostiquen temporal.

Ahora la polémica está en la publicación de las imágenes de la última muestra del trasero real. En las instantáneas más bien se intuye el cuerpo y da pábulo a la imaginación de cada uno. En Canadá Catalina sufrió una ráfaga traicionera que dejó al descubierto espacios de sombra casi perpetua. Pero algunos periódicos se atrevieron a publicar la imagen, especialmente los no británicos. Más cerca del Támesis la mayoría de los rotativos se lo han pensado, algo extraño cuando el universo de Internet llega hoy a todo el planeta y el arranque de las nalgas de la duquesa de Cambridge ya ha sido visualizado hasta la saciedad.

El debate sobre la conveniencia de publicar las imágenes está servido. Hay dos soluciones para que esto no vaya a más: las faldas de tubo o que el clima cambie.