Las cuentas registran una pérdida de 15 millones atribuible directamente al cardenal Bertone
SOCIEDAD
A fecha de hoy el IOR tiene 15.495 clientes, un 80% de instituciones católicas y un 20% personales, con 6.000 millones de activos. Es significativo el progresivo descenso de titulares, que en el 2011 eran 21.000. Debe considerarse que Benedicto XVI emprende, o más bien intenta, una limpieza del IOR en septiembre del 2009, cuando nombra presidente a Ettore Gotti Tedeschi. Se abrió una feroz lucha interna con el sector que se resistía a los cambios, personificado por el entonces secretario de Estado, Tarcisio Bertone. Perdió Gotti Tedeschi, defenestrado en el 2012. Bertone logró colar a Von Freyberg antes del cónclave en un intento de seguir controlando el banco, pero con Francisco se acabó el juego.
El balance no oculta las críticas a la anterior gestión. Por ejemplo, por fondos suscritos en Luxemburgo y Malta que han perdido 28,5 millones e inversiones en oro depreciadas por 11,5 millones. No se disimula una pérdida de 15,1 millones atribuible directamente a Bertone, un regalo a la fundación Lux Vide, de un amigo suyo, un escándalo bajo investigación. O los 11 millones utilizados para tapar un agujero de la diócesis italiana de Terni. «Ha sido un proceso doloroso, pero absolutamente necesario, que ha puesto las bases para un futuro del IOR exclusivamente dedicado a servir a la misión de Iglesia católica», dijo Von Freyberg en un comunicado. Se cierra la siniestra «Fase Uno» del IOR, que ha durado 72 años, desde que se fundó en 1942.
Obras de caridad
Pese a la caída de sus ingresos, el IOR contribuyó en el 2013 en 54 millones de euros al presupuesto de la Santa Sede dedicado a las obras de caridad y la evangelización, una cifra idéntica a la de 2012. Es el último dato de un un informe anual histórico, hecho inédito en 126 años de existencia de este instituto afectado por escándalos financieros.