Padre Rubinos estrena una sede social «que será ejemplo en Europa»

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

SOCIEDAD

CESAR QUIAN

El complejo costó 25 millones e incluye guardería, centro de día y albergue

04 sep 2014 . Actualizado a las 12:53 h.

«Querida Flora: Esta obra social sin parangón...». Así se dirigía ayer Eduardo Aceña, presidente de la asociación benéfico social Padre Rubinos, a la vicepresidenta de la Fundación Amancio Ortega, Flora Pérez Marcote. Lo hacía para agradecer vivamente la inversión de 25 millones de euros en la construcción y equipamiento de las nuevas instalaciones de Padre Rubinos. Y es que la actual sede de esta entidad benéfica, fundada en A Coruña en 1918 para atender a indigentes, se había quedado pequeña y por ello la Fundación Amancio Ortega decidió construir las nuevas dependencias, que entraron ayer en funcionamiento con la apertura de la escuela infantil. Esta sede está en el barrio coruñés de San Pedro de Visma, en un solar cedido por el Ayuntamiento coruñés para los próximos 75 años.

En el acto inaugural de la nueva sede de esta entidad privada sin ánimo de lucro, y con financiación también privada, sorprendió la masiva presencia de políticos que, además, utilizaron sus intervenciones para enumerar sus supuestos logros, sobre todo en lo referente a los servicios sociales en el apartado de atención a las personas dependientes. Las intervenciones tuvieron lugar en un salón de actos ocupado por numerosos representantes de la sociedad civil, representantes de instituciones benéficas y sociales.

Larga solvencia histórica

Muy diferente a esa autocomplacencia de los políticos era la afirmación de Eduardo Aceña al asegurar que las nuevas dependencias en realidad eran un homenaje a todas aquellas personas que a lo largo de los años han colaborado, con sus aportaciones económicas y materiales, en el mantenimiento de esta institución. En este sentido recordó como la asociación Padre Rubinos había sido declarada de utilidad pública en 1974 y recibió en 1998, de manos de la entonces reina Sofía, la Medalla de Oro de Cruz Roja. En su opinión «ha sido esta solvencia histórica lo que hizo que la Fundación Amancio Ortega pusiera los ojos en ella» y le prestara su apoyo.

Para el presidente de la institución benéfica, «este edificio responde a la personalidad de Amancio Ortega y su esposa» y destacó como desde hace tiempo la entidad cuya vicepresidenta es Flora Pérez Marcote mantienen el lema de «dar sin esperar nada a cambio».

Los responsables de la entidad benéfica consideran que la nueva construcción, que ocupa casi 16.000 metros cuadrados, «será un referente en Europa» por la calidad de las instalaciones, el uso social de las mismas, los materiales utilizados y la discreción de todo el conjunto. Y es que se trata de una serie de edificaciones para la prestación de los distintos servicios que presta la asociación y están diseñadas por la arquitecta Elsa Urquijo. Este complejo forma lo que la diseñadora de la última tienda de Zara en Nueva York, entre otras edificaciones, denomina «arquitectura del silencio» que busca con su diseño, sobre todo, la dimensión humana «y que cualquier persona que llegue se sienta acogida, arropada».

Óscar Ortega, director de la Fundación Amancio Ortega, también dio la enhorabuena a la entidad Padre Rubinos por su nueva sede y la batalla para ayudar a los más necesitados.

Después de los discursos del acto inaugural, Flora Pérez Marcote encabezó el recorrido por las instalaciones, empezando por la escuela infantil. Precisamente ayer era el primer día de curso de los 95 alumnos, escolares de cero a tres años, que ocuparán las siete aulas habilitadas para ellos. Esta escuela llevará el nombre de Carmen Cervigón.

Interacción de mayores y críos

Una de las innovaciones de la nueva sede es la conexión visual, y también casi física a través de los pasillos, entre esta escuela infantil y la residencia geriátrica. El objetivo es que las 146 personas que ocuparán dicha residencia «puedan ver a los críos, algo que sin duda las alegrará mucho», apuntan los responsables del proyecto. En los próximos días serán trasladadas a dicha residencia 73 personas que están ahora en las viejas instalaciones. La ocupación de las instalaciones se hará de forma escalonada y está previsto que concluya a finales de este mes.

Estos pormenores eran explicados a una comitiva en la que junto con los responsables de la Fundación Amancio Ortega e integrantes del patronato que gestiona Padre Rubinos estaba una notable presencia de políticos: el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo; el delegado del Gobierno, Samuel Juárez; el presidente de la Diputación provincial, Diego Calvo; el alcalde de A Coruña, Carlos Negreira, y casi todos los miembros de la corporación municipal (no asistieron el BNG ni EU).

La institución benéfico social Padre Rubinos seguirá siendo la titular de las instalaciones que ocupaba hasta el momento en el barrio de Labañou y para las que, según su presidente, se está negociando un destino. Aunque no quiso adelantar el uso de las mismas, aseguró que será de carácter social, «sin duda».