Galicia lleva la vicuña a Florencia

maría cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Modelo de la colección presentada en la feria Pitti Uomo de Florencia.
Modelo de la colección presentada en la feria Pitti Uomo de Florencia.

El mercado del lujo abre la puerta al proyecto de dos gallegos de hacer a mano prendas de punto con lanas 100 % naturales teñidas con productos orgánicos

17 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El mercado de las prendas de lujo les ha abierto las puertas. El proyecto de confeccionar en los lugares de origen de la materia prima prendas de punto con lanas 100 % naturales como la alpaca o la vicuña coloreadas con tintes orgánicos puesto en marcha hace unos tres años por los gallegos Yolanda Estévez y Pedro Castellanos, presentes esta semana en la feria Pitti Uomo de Florencia, ha conseguido hacerse un hueco en importantes tiendas multimarca de Japón, Alemania, Noruega, Dinamarca... o, ya en España, en Saint Kilda, en San Sebastián. El secreto: el diseño hecho en su taller de A Coruña y todo el proceso de realización artesanal que está detrás de cada una de sus prendas. Justo este mes hasta la revista Vogue los saca en sus páginas.

«Nuestro nombre, Knitbrary, resume el concepto de nuestro trabajo. Es la unión de knit (punto en inglés) con library (biblioteca) porque la idea es disponer de un archivo de punto con el que hacer nuestras prendas», explica Pedro desde Florencia. El primer país en el que han buscado materiales es Perú, pero no descartan en el futuro poner una pica, por ejemplo, en Mongolia para hacerse con lana de yak o empezar a trabajar con cachemira. «Empezamos en Perú, en la zona que va de Arequipa a Puno, porque hay calidades muy altas como el algodón pima, la alpaca, baby alpaca y, por supuesto, la vicuña, que es el top one de las lanas», dice.

Cada prenda presentada esta semana en Pitti Uomo es producto de un largo trabajo que comienza con el diseño que hace Yolanda en la coruñesa calle del Orzán. Periódicamente ella y Pedro viajan luego a Perú, donde eligen la lana que luego es teñida a mano con pigmentos totalmente naturales. «Realizar el desarrollo de un tejido nos lleva unas tres semanas», añade. La forma de cada prenda se la dan luego las manos de los artesanos locales que contratan para hacer cada jersey, cada chaqueta o cada pañuelo.

¿Cómo empezó todo? «Hace poco más de tres años realizamos una primera confección de prueba porque queríamos ver que todo fuera replicable. Aquella primera colección no se la mostramos prácticamente a nadie. Fue en enero del 2013 cuando ya presentamos nuestra primera colección de mujer en Copenhague y luego en París. La primera de hombre la trajimos hace justo un año también a Pitti Uomo. Esta es ya la tercera vez que estamos aquí. La verdad es que esta funcionando muy bien, mejor que las primeras de mujer», indican.