Un «reality» noruego los envió a una de las fábricas textiles que cosen la ropa que se vende en Occidente
23 ene 2015 . Actualizado a las 18:22 h.¿Qué pasaría si se envían a tres jóvenes a Camboya a que conozcan en persona a los que cosen en nuestra ropa? Esta pregunta fue la que se hicieron en Noruega a la hora de crear un nuevo formato de reality. Consistiría en una especie de Gran Hermano, pero en vez de estar encerrados en una casa meterían a tres blogueros (dos chicas y un chico) en un avión con destino a Camboya. Este país asiático conocido por su mano de obra barata y sus pésimas condiciones de trabajo, suele ser localización predilecta de muchas empresas textiles para hacer la ropa que después se vende en Occidente.
Con esta idea nació Sweatshop. Moda barata hasta la muerte que se emitió hace un par de meses en el canal noruego Aftenposten. En este particular viaje se enfrascaron Frida, Anniken y Ludvig, tres jóvenes blogueros de Noruega que abandonaron la comodidad occidental y gastarse más de 100 euros en una chaqueta para trasladarse hasta Camboya y empezar a trabajar en uno de estos talleres.
En los primeros capítulos los tres noruegos solo hacen «turismo» conociendo a trabajadores o visitando una tienda de Mango con el suelo que reciben en el país asiático. «Una blusa cuesta más de lo que pago por mi habitación. Nunca compro ropa tan cara», les explica una joven que trabaja en una fábrica textil a Frida, Anniken y Ludvig.
Aunque al principio los tres jóvenes lo llevan bastante bien, la cosa se complica cuándo los levantan a las cinco de la mañana para ir a trabajar. Después de casi no dormir en una incómoda cama, se van a coser ropa. Sin embargo, no todo sale como esperaban y se derrumban después de estar cosiendo durante un par de horas. «¿Qué clase de vida es está?», aseguraba Anniken entre lágrimas después de rodar durante un mes, madrugar todos los días, recibir un suelo mísero que solo les llegaba para pagar una comida y ser vigilados en todo momento por otra persona para ver que lo hacían bien.
Aunque podría parecer que se trata de un programa frívolo, nada más lejos de la realidad. Según recoge el portal PlayGround, el programa provocó tal conmoción en Noruega, y muchas críticas, que el asunto terminó en el Parlamento. Pero, no fue lo único que provocó.
Los tres jóvenes no volvieron a ser los mismos. Ellas, Frida y Anniken iniciaron una campaña contra la televisión que emitió reality ya que consideraron que habían censurado parte del programa al no mostrar la situación de los trabajadores de H&M. Su particular guerra al regreso de Camboya logró que la empresa de Suecia mejorará sus condiciones laborales.