
Un proyecto de ley intenta aprobar las uniones civiles entre estas personas, que quieren ir más allá y reivindican el matrimonio gay
28 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.En la Unión Europea (UE), Italia forma parte del reducido grupo de países que aún no han legislado sobre las uniones civiles entre homosexuales, junto a Bulgaria, Chipre, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Rumanía y Eslovaquia. Sin embargo, esta situación podría cambiar en los próximos meses porque la comisión de Justicia del Senado italiano estudia un proyecto de ley que pretende legalizar la situación de estas personas, dotándoles de los mismos derechos y deberes que los matrimonios pero sin emplear este término.
La redactora del proyecto de ley es la senadora Monica Cirinnà, del Partido Demócrata (en el Gobierno), quien lamenta que Italia «haya quedado entre los poquísimos países europeos que no prevén alguna cobertura» para esas personas. Si su plan sale adelante, «será el inicio de una vida como ciudadanos para parejas y familias obligados hasta ahora a vivir como fantasmas en su propio país», señaló.
Cirinnà apuntó que el objetivo es «introducir en nuestro ordenamiento jurídico el estatus de unión civil para las parejas del mismo sexo, que extiende todos los derechos sociales del matrimonio civil, excepto el de la adopción». El proyecto permitiría no obstante a una persona la posibilidad de adoptar al hijo natural o adoptivo de su pareja.
La propuesta está en fase embrionaria, dado que aún tendrá que ser debatida y aprobada en las dos cámaras parlamentarias del país, un trámite que ya ha sido complicado en el pasado, donde anteriores intentos se toparon con la oposición de la Iglesia católica. Muestra de ello son las más de 4.000 enmiendas que el texto ha recibido durante su estudio en la comisión.
La legisladora explicó que los puntos que más polémica suscitan del proyecto son la extensión de la paternidad y la aplicación de algunos derechos como la pensión de reversibilidad, es decir, obtener un subsidio en caso de ausencia de un miembro de la pareja.
Desde las organizaciones a favor de los derechos LGBT, lejos de lanzar las campanas al vuelo, lamentan la falta de ambición del proyecto. El presidente de Arcigay, Flavio Romani, lamentó que los senadores eviten emplear el término de «matrimonio» para sus uniones y «las pesadas restricciones» en cuanto a la protección de hijos, ya que no ofrece la posibilidad de recurrir a la «adopción externa».
Beatrice Borromeo, la condesa italiana y periodista que se casará en julio con Pierre Casiraghi, hijo de Carolina de Mónaco, reivindicó ayer la legalización del matrimonio gay en Italia. «¿Y nosotros, cuándo saldremos del medievo?» se preguntó Borromeo, de 29 años, en Twitter a propósito de la decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos.