Los centros escolares gallegos revolucionan sus espacios verdes con una red de huertos
SOCIEDAD

Algunos centros presentan espacios hortícolas solidarios, en los que la producción va destinada casi íntegramente a Cáritas
25 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Los centros adscritos a Voz Natura aprovechan sus espacios verdes para incluir en ellos huertos muy productivos. Desde los que en cada cita anual son fijos en estas labores agrícolas, hasta otros que se estrenan con grandes proyectos.
En el caso de los que repiten están el CPR Cervantes de Lugo, con un fantástico huerto urbano en el que colaboran alumnos, profesores y familiares. También en Lugo el Seminario Diocesano presenta un espacio hortícola solidario, en el que la producción va destinada casi íntegramente a Cáritas. De gran capacidad son los tres invernaderos con los que cuenta el CEIP Alfonso Rodríguez Castelao de Rianxo, cuyas dimensiones alcanzan los diez metros de largo. Una vez más, el IES Illa de Arousa apuesta por su huerta, e incluso los voluntarios, que trabajan la tierra en horario de recreo, han creado el Club do Sacho.
Accesibilidad y solidaridad
Pero en esta edición de Voz Natura son también otros centros los que han comenzado a desarrollar proyectos interesantes. ES el caso de la Fundación Pedagóxica Waldorf de Friol, con un gran huerto ecológico en el que el abono procede los animales de la propia granja. En Vigo, el CEIP San Salvador se ha atrevido con un original aula de la naturaleza creada con mobiliario de reciclaje, en cuyas inmediaciones se encuentra el huerto.
También en la ciudad olívica, la Asociación Alborada de lucha contra la droga trabaja con un proyecto de integración social en un terreno de 5.000 metros cuadrados. En él, los voluntarios, además de cultivar y cuidar las plantaciones reciben el fruto de la tierra.
En A Coruña, el CEIP Emilia Pardo Bazán los alumnos, coordinados por Teresa Gavín, tienen un invernadero, una huerta para los escolares de primaria y varios bancales para los alumnos de infantil. El CEIP San Pedro de Visma, en la misma ciudad, aprovechan los jardines para crear una huerta y adaptar este espacio a las sillas de ruedas. Por su parte, en Santiago, el Centro de Día, trabaja en su invernadero con alumnos con Trastorno del Espectro Autista, remitiendo la cosecha al banco de alimentos local.