Las tendencias de invierno, a 30 grados

Laura García del Valle
laura g. del valle REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

MARCOS MÍGUEZ

Un puñado de firmas gallegas comienzan estos días a vender la ropa de la próxima temporada, adelantando dos meses el lanzamiento habitual de estas prendas

26 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Karl Lagerfeld acostumbra, para suerte de todo su equipo, a presentar cada año la colección crucero de Chanel en un sitio a cada cual más exótico. Hasta La Habana o Seúl ha llevado el modisto este impasse entre las temporadas de verano e invierno pensadas originalmente para que las mujeres más pudientes tuvieran la oportunidad de adquirir prendas de otras temporadas sin dejar de estar a la última. El bastón de mando de la maison francesa dio el pistoletazo de salida, pero la revolución de acercar a las masas la ropa de temporadas venideras se ha apoderado de las grandes cadenas, aunque también de un buen puñado de firmas gallegas, que estos días, con los termómetros superando los 25 grados, sacan a relucir en sus escaparates abrigos, jerséis y gabardinas. Pero ¿sale rentable esta estrategia?

«Es una manera de mejorar el mix de producto en la tienda y los márgenes de beneficio», comenta Alberto Rocha, presidente de la Confederación de Industrias Textiles de Galicia (Cointega). En la actualidad, sin regulación de ningún tipo que controle la situación, en las tiendas de moda conviven prendas de saldo, con ropa propia de la temporada. A lo que hay que sumar los adelantos de la estación que vendrá en unos meses.

Todo para poder adecuarse a los gigantes de la industria que plagan las calles de Galicia. «Ahora esto es el caos y estamos todos perdidos. Hace mucho que perdimos la fe en que se regule la situación». Lo dice Antonio Amor, presidente de la Zona Comercial Obelisco, en A Coruña. Y añade: «Las grandes marcas tienen la capacidad de irse adaptando y cada tres meses cambian la colección, pero los pequeños comercios no pueden. En sus casos, la ropa de invierno está ahora en fase de producción».

Todo lo contrario a lo que ocurre en grandes firmas gallegas. Purificación García, por ejemplo, ya tiene disponible en su web la colección masculina de otoño-invierno. En Ourense la máquina no para, y hace ya meses que los tejidos más amorosos copaban la fábrica de Textil Lonia. Así, en Carolina Herrera, tanto hombres como mujeres pueden comprar on-line modelos del todo impropios para esta época de calor, pero que se aseguran su público entre los más fashionistas. De hecho, no es la primera vez que adelantan la colección y, por los resultados obtenidos, seguirán así. En los escaparates todavía persisten las prendas de verano -y eso que la estación propiamente dicha acaba de llegar-. No obstante, en el interior ya se pueden ver pinceladas de la colección nueva.

Una estrategia piloto

En Alba Conde quieren ir sobre seguro. Por eso trabajan de manera diferente según la localización geográfica de cada tienda. «La que tenemos en la calle Claudio Coello, en Madrid, nos sirve para ver cómo funciona la nueva colección. Ahí ponemos la ropa de invierno antes, vemos qué gusta más y además, siempre obtenemos beneficio de esta estrategia porque por la milla de oro de Madrid pasan muchos turistas y gente con un poder adquisitivo medio-alto», explica José Antonio Conde, propietario de la marca. En Galicia, sin embargo, los clientes de esta firma todavía tendrán que esperar hasta agosto para ver la ropa de la nueva colección en las tiendas.

La moda infantil cada vez imita más, y a un ritmo más frenético, las tendencias del mudo adulto. Por eso, firmas como Pili Carrera no se quieren quedar atrás y lanzan estos días la nueva colección. Es más, comprobando que esta técnica da brotes verdes, «este año lo adelantamos aún un poco más», advierten fuentes de la empresa de Mos. El otro buque insignia de la moda gallega, Nanos, también presenta estos días sus esenciales para el invierno, aunque hasta el 15 de agosto no estará la colección en tienda.

Si bien se impone la tendencia de renovarse o morir, todavía hay firmas que prefieren la idea clásica de estrenar temporada en septiembre, cuando amaine el calor y con la llegada del nuevo curso. Esta filosofía la comparten Bimba y Lola o Roberto Verino, que piensan que son de la idea de que lo bueno se hace esperar.