Galicia participó en la primera manifestación mundial de jóvenes contra la crisis ecológica. «Isto xa non hai quen o pare», asegura una estudiante
15 mar 2019 . Actualizado a las 23:13 h.El cambio climático es una amenaza global y ayer, por primera vez, hubo una respuesta planetaria. De ahí que la jornada fuese histórica. Ese es el sentir generalizado entre los millones de personas que se dieron cita en cientos de ciudades de todo el mundo para alzar la voz contra la crisis ecológica. Fue una movilización liderada por los jóvenes pero también intergeneracional. María quiso acompañar a su hija Nía, de once años, en A Coruña. «Estoy preocupada por el presente y futuro de mi pequeña. Es importante que se les eduque en las escuelas pero los padres debemos estar en esta lucha», confiesa. «El clima ya no se parece en nada a cuando yo era pequeño. Ahora los cambios son bruscos y hay más sequías e inundaciones», asegura Wenceslao, de 62 años, que se unió a una de las concentraciones. Iria, de seis años, quiso destacar que este desafío afecta a todos los seres vivos. «Si no hacemos algo los pececitos no podrán vivir y después nosotros nos comeremos la suciedad».
El estado de ánimo de la protesta oscilaba entre los optimistas como Xoán, de 20 años «isto xa non hai quen o pare» y el pesimismo de Andrea, de 18. «Esta mobilización tiña que chegar moito antes, agora a situación xa é demasiado crítica». La postura intermedia y mayoritaria era la de quienes apuntaban directamente a los responsables. «Los Gobiernos del mundo no responden a esta amenaza y están poniendo en riesgo nuestro futuro», asegura Auriane, estudiante francesa de Erasmus.
Protestas multitudinarias
Desde Australia hasta Japón, pasando por Alemania o Estados Unidos, las concentraciones fueron en muchos casos multitudinarias. En Roma se estima que acudieron más de cien mil italianos. «Estamos muy orgullos de que nuestro país haya respondido de forma tan contundente», presumen Francesca y Gaia, Erasmus que participaron en la concentración de A Coruña.
En Galicia, la acogida fue buena aunque no tan masiva como se esperaba. «Coincidieron varios factores. Por una parte creo que se pensó que estaba politizada, a pesar de que hay que recordar que el movimiento político del 15M surgió en el mes de mayo. Varios profesores temieron represalias y otros muchos no están lo suficientemente concienciados con la causa, por eso en el manifiesto hemos pedido que se refuerce la educación medioambiental», confiesa Miriam Leirós, docente del CEIP Antonio Palacios.
Algunos directores de otros centros escolares gallegos reconocen que la convocatoria les llegó demasiado tarde y esperan que el próximo año la respuesta sea mayor. «A lectura das mobilizacións non pode ser máis que positiva. Independentemente da súa deriva futura, xa veremos se teñen continuidade e como, considero que colocar o cambio climático como un tema de actualidade é sempre unha boa nova. Outro tema é o formato elexido. Non sei se pode ser ou non a mellor forma de protesta, pero seguro que se trata dun bo comezo para introducir a preocupación climática na mocidade e, por extensión, a súa contorna inmediata», comenta Miguel Pardellas, del Grupo de Investigación en Pedagoxía Social e Educación Ambiental da Universidade de Santiago.
El movimiento Friday For Future nació de la perseverancia de Greta Thunberg, una niña sueca con síndrome de Asperger que sufrió una depresión por la amenaza del cambio climático. A sus 16 años transformó el miedo en acción, se convirtió en activista y desde hace meses se manifiesta cada viernes frente al edificio del Gobierno sueco. Después de su día más grande, ahora falta saber si esta iniciativa será capaz de crear una conciencia global o si solo se trata de una protesta puntual. Por la actitud de algunos jóvenes y profesores parece que lo primero. «Nosotros seguiremos manifestándonos cada viernes en el centro escolar, a nuestra manera, con actividades y protestas, hasta que se tomen medidas políticas eficaces» advierte Leirós.