Salen a la luz incómodas revelaciones sobre la vida de la presentadora y su marido, fallecido en mayo del 2013
30 mar 2019 . Actualizado a las 20:16 h.La muerte de Mario Biondo sigue siendo en Italia, día sí, día también, tema de conversación. Y eso que ya han pasado casi seis años desde que el cámara de televisión, marido de Raquel Sánchez Silva, apareció ahorcado en el piso que la pareja compartía en el centro de Madrid. La justicia española, que vio en esta muerte un claro suicidio, dio pronto por cerrado el caso y la presentadora, que al principio se resistió a creer que su esposo se hubiese quitado la vida, acabó por aceptarlo y siguió adelante con su vida. No así la familia del fallecido, nada contenta con la conclusión de las investigaciones policiales. Desde entonces, lleva dando la batalla para reabrir las pesquisas -también archivadas en Italia- para ver si así encuentran una explicación a aquel siniestro episodio. Rechazan que Biondo se haya matado; tampoco creen que haya sufrido un accidente. Ya van por la tercera autopsia al cuerpo, de la que de momento no han trascendido los resultados.
Lo que sí se han hecho públicas ahora han sido unas reveladoras declaraciones de Raquel Sánchez Silva, de hace ya unos años, ante los fiscales italianos en los juzgados de Plaza de Castilla. Las imágenes, emitidas por el programa Le Iene (Las hienas), recogen un interrogatorio de los magistrados a la viuda para conocer su versión de los hechos. Su testimonio está lleno de evasivas y contradicciones, apuntan los fiscales, tanto que incluso llegan a advertirle de que si no responde con claridad podría ser imputada por homicidio.
En un determinado momento, la extremeña pierde los nervios y pide amparo al juez. «Necesito pedirle amparo, señor juez. ¿Por qué estamos hablando de mi móvil? Es mi vida privada. Yo, que soy ciudadana española, tengo que aguantar que me amenacen con investigarme en Italia, señor juez, no me parece justo».
El traficante de drogas
Alude a su teléfono porque previamente a Sánchez Silva se le escucha exponer que Mario Biondo había hecho varias llamadas repetidas a un número de teléfono. ¿A quién?, le preguntan. «Alguien me dijo que era alguien que vendía droga», responde, asegurando no conocerle. El juez duda de su relato ya que, señala, ella tenía ese mismo número, el del traficante, guardado en su propia agenda. ¿Cómo sabe eso el fiscal? Porque, antes de morir, Biondo había hecho una copia de seguridad del móvil de su mujer en su ordenador, revela el fiscal a la presentadora.
En el mismo vídeo, Sánchez Silva insiste en que jamás vio a Biondo consumir drogas durante el tiempo que convivieron juntos. Sin embargo, en su declaración ante la Policía española había afirmado que su marido era «consumidor habitual». «Había varios mensajes SMS intercambiados con Nacho Leonardi (el vendedor)», le dice el fiscal. «Es mi intimidad, no me acuerdo», responde ella. «Teniendo en cuenta que fueron varias llamadas y varios SMS resulta un poco incongruente o por lo menos incomprensible que no recuerde...», le replica.
