Un estudio de la Universidade de Santiago revela que la mayor globalización de las zonas rurales frente a las urbanas, más diversas, amenaza con romper el equilibrio en el número de hablantes de gallego y castellano
13 nov 2019 . Actualizado a las 17:56 h.La conclusión puede resultar chocante. Incluso paradójica. Pero un análisis matemático realizado por físicos de la Universidade de Santiago revela que los cambios sociales pueden ser más lentos en el entorno urbano que en el rural. Esto podría afectar tanto a un proceso de cambio de lenguaje como a un proceso de globalización.
Los entornos urbanos, al evolucionar de forma más lenta, darían más margen de maniobra para reaccionar frente a estos procesos y, por ejemplo evitar la pérdida del gallego en Galicia. Existe evidencia de que la globalización podría extinguir muchas lenguas al preferir una sola para una comunicación global. Y se podría dar el caso de que estas evoluciones más lentas en grandes urbes, fruto de la complejidad en las ciudades, funcionen como salvaguarda de la diversidad lingüística, mientras el rural podría sucumbir con más facilidad.
El equipo de investigadores aplicó un modelo matemático, desarrollado inicialmente por Jorge Mira, que analiza la velocidad con la que varía el número de hablantes de gallego y castellano en Galicia desde hace casi un siglo. «Estudamos o cambio e o comportamento social en grupos humanos a través das linguas», explica Mira Pérez. El trabajo, en el que también han participado Mariamo Mussa, Alberto Pérez Muñuzuri y Luis F. Seoane, se ha publicado en la revista científica Nature Communications.
«O que vimos -apunta Mira- é que a globalización, a velocidade do cambio social, é máis rápida, por poñer un exemplo, en Chandrexa de Queixa, en Xinzo de Limia ou en Quiroga que en Vigo ou a Coruña». Por contra, precisa que «o efecto globalizador do contorno urbano, lonxe de inducir unha hipotética e teórica homoxeneización, pode ter o efecto contrario». O, lo que es lo mismo, las urbes mantienen la diversidad frente a la uniformidad que impone la globalización.
Lenguas y cambio social
A partir de una serie de ecuaciones, el equipo de la USC, tal y como había hecho en trabajos anteriores, retrata la evolución del número de hablantes de gallego, castellano y bilingües. Solo que ahora aplica este modelo al cambio social para intentar determinar también qué repercusiones puede tener en el uso de las lenguas. «O que observamos é que a complexidade urbana mantén a diversidade fronte ao tsunami globalizador e isto fai que, por exemplo, en Arzúa, Ordes, nas terras de Melide ou na Costa da Morte a taxa de cambio lingüistico sexa máis rápida que na Coruña, Ferrol, Ourense ou Vigo». Mira advierte, sin embargo, que esta variación «non implica necesariamente unha perda de falantes de galego».
En la investigación se dividió a Galicia en veinte zonas geográficas. Y fue aquí donde saltó otra de las sorpresas del trabajo. Los científicos constataron que existía una cierta profunda desconexión entre ellas. Ya no es solo que A Coruña no mantenga una gran relación con Vigo, sino que tampoco existe una red definida de contactos entre los de A Terra Cha con los de A Limia, los de Ourense con los de Lugo o entre los de A Costa da Morte con los de Ordes. «Vimos que non hai moita fluidez entre as diferentes zonas do territorio», advierte Jorge Mira.
El trabajo constata también que Galicia es un laboratorio perfecto para la realización de este tipo de estudios debido a su complejidad social y a la configuración de su población. «É o sitio ideal para este tipo de estudos -constata el físico- porque ten 30.000 núcleos de poboación, a metade dos que existen en España, e de moi distinto tipo». La publicación del análisis en Nature Communications ha dado lugar a otra anécdota. Es la primera vez en la historia que en un artículo científico publicado tanto en esta revista como en Nature el nombre de Galicia aparece en el titular. En Science sí había aparecido en 1884, en un trabajo sobre la importancia geológica de Asturias y Galicia.
Cómo evitarlo
El equipo propone estrategias orientadas a desacelerar las dinámicas lingüísticas, como «aumentar a influencia dos nodos rurais nos urbanos, porque se estivesen máis conectados coa súa contorna a rapidez do cambio lingüístico do rural minoraríase».