Jeffrey Epstein: un matemático de clase obrera que se convirtió en millonario con amigos como Trump y Clinton

Lucía Cancela / R. R. LA VOZ / REDACCIÓN

SOCIEDAD

JASON SZENES

El magnate, acusado de organizar una red de tráfico sexual de menores, se codeaba con la realeza y soñaba con mejorar la raza humana en un delirio eugenésico

10 ago 2019 . Actualizado a las 19:48 h.

El magnate y broker estadounidense Jeffrey Epstein ha aparecido muerto en la cárcel de Nueva York donde permanecía ingresado a la espera de ser juzgado por explotación sexual, entre otros cargos, en lo que se trataría en principio de un acto de suicidio, según han confirmado múltiples fuentes oficiales a ABC News. Epstein fue descubierto muerto esta pasada noche en su celda del Centro Correccional Metropolitano de Manhattan. El multimillonario, de 66 años, ya había sido  atendido el 25 de julio después de ser hallado semi inconsciente y con marcas en el cuello, también dentro de su celda.

El sábado 6 de julio, Jeffrey Epstein era detenido por cargos de tráfico sexual de menores. El arresto tenía lugar en el aeropuerto de Teterboro, en Nueva Jersey (Estados Unidos), cuando el gestor de fondos regresaba en su avión privado de París. Al mismo tiempo, varios cuerpos del FBI se encargaban de registrar su residencia en Manhattan. Transportar a una persona entre dos estados con fines sexuales se considera un delito federal en Estados Unidos. Y el magnate lo había repetido en varias ocasiones. Fue acusado hace una década de haber llevado a una treintena de menores a su mansión en Palm Beach (Florida) con la intención de tener sexo. Además, las transportó a los domicilios que posee en la ciudad de Nueva York, en Nuevo México y en su isla privada en el Caribe. Los delitos se cometieron entre los años 2002 y 2005. 

Jeffrey Epstein pasó de ser un don nadie que comenzaba a dar clases a los 21 en un colegio elitista a convertirse en un billonario que se relacionaba con Donald Trump, Bill Clinton y el director de cine, Woody Allen

La pregunta que mucha gente se hace es, ¿cómo un pedófilo que abusó durante años de varias niñas quedó impune pese a la cantidad de pruebas que tenía en su contra? La respuesta es simple de explicar y difícil de entender: con dinero, poder, amigos y mucha ayuda.

La Fiscalía de Nueva York estimaba su fortuna en 500 millones de dólares y destacaba ingresos de 10 millones al año. El nacimiento de su poder todavía es un secreto. El multimillonario pertenecía a la clase obrera (su padre era funcionario de parques) y había nacido en Coney Island. Sin embargo, siempre había deseado ser rico. Mientras daba clases de matemáticas a niños del acomodado barrio del Upper East Side descubrió que podía hacer mucho más dinero en Wall Street.

Así, su carrera profesional comienza como profesor de matemáticas y física en el Dalton School de Nueva York sin contar con las credenciales necesarias. Alumnas del instituto lo recuerdan, según reporta el Miami Herald, como un «pervertido». Sus dotes sociales lograron que, por recomendación expresa del padre de un alumno, ingresase en el año 1976 en el banco de inversiones Bear Stearns, donde fue subiendo puestos hasta alzarse como socio de la firma. En el 2002, el director ejecutivo, Jimmy Cayne, explicaba a la revista New York Magazine como su formación matemática ayudaba a que «aconsejase a los clientes más ricos sobre las implicaciones fiscales de sus inversiones». A lo largo de la década de los 70, cuando ya formaba parte de la difunta compañía, Epstein se convirtió en socio limitado. En 1981 abandonó su primer trabajo de renombre, justificando que se debía a la búsqueda de negocios personales. Pese a ello, la revista Vanity Fair publicaría un tiempo después que la salida del empresario se debió a una solicitud de renuncia por parte de Bear Stearns debido a «operaciones ilegales», las razones específicas nunca se dieron a conocer.

Un imperio creado a raíz de sus conexiones

De esta manera, el empresario no solo se fue labrando su puesto en la compañía, sino una posición social que lo ayudaría hasta, prácticamente, el final de sus días. En el año 1982, tras ampliar sus contactos y el respeto de sus superiores en tan solo seis años, decide lanzar su propia firma de inversiones: J. Epstein and Co y después The Financial Trust Company. Es más, el elitismo del empresario era tan poderoso que su compañía solo aceptaba a clientes con activos superiores a los mil millones de dolares. El ya broker comienza a permitir que todas sus actividades financieras se vuelvan demasiado opacas y a no mostrar las cuentas tal como son, según medios estadounidenses.

El único cliente conocido entre toda su agenda será Les Wexner, el fundador de la marca de ropa Victoria´s Secret o Bath and Body Work. Esta relación fue crucial para que el magnate realizase nuevas conexiones con personas de la élite, incluso llegó a ser nombrado como miembro de varias comisiones y consejos importantes de Nueva York.

La lujosa mansión en la que Epstein vivió a partir de la década de los 90 en Nueva York perteneció a Wexner y hasta el 2011 se registró una transacción entre ambos equivalente a cero dólares. Aunque Wexner recientemente alegó haber roto relaciones con Epstein desde que comenzó el nuevo milenio, el financiero habitó la propiedad de la zona residencial en el Upper East Side hasta el momento de su detención. Es más, fue en esa propiedad, en la que el FBI encontró un gran archivo de fotografías de mujeres desnudas o semidesnudas, algunas menores de edad. Rodeada de opulencia, la mansión Epstein estaba repleta de fotografías con Bill Clinton, Woody Allen y el Príncipe de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman.

Se estimó que el magnate llegaba a gestionar 15.000 millones en activos. Con este ademán de poderío y riqueza, pagaba a sus amistades viajes a su isla del Caribe y a su rancho en Nuevo México, al mismo tiempo que ofrecía generosamente su avión, conocido como el Lolita Express.

 

La atracción del pervertido empresario por chicas de menor edad era algo conocido. Es más, Donald Trump, actual presidente de los Estados Unidos, declaró que Epstein era «un tipo estupendo. Se dice incluso que le gustan las mujeres hermosas tanto como a mí y, muchas de ellas, están entre las más jóvenes». Durante la década de los noventa, Epstein mantuvo una relación cercana con Trump. A los dos se les veía recurrentemente en fiestas y encuentros junto a Melania Trump y la socialité inglesa Ghislaine Maxwell.

La primera alegación en contra del empresario llegó en el año 2005, cuando una mujer contactó con la policia de Palm Beach (Florida) alegando que su hija de 14 años había sido llevada, por una chica de mayor edad, a la mansión de Epstein. El empresario había pagado 300 dólares a la joven por desnudarse y un masaje. La confesión desencadenó una investigación durante 11 meses que terminó en el FBI. Los testimonios adqueridos señalaron que algunas de las chicas que habían sido envueltas en este tipo de actividades eran menores de 18 años. En la primavera del 2006, fue arrestado al ser acusado de cuatro cargos por actividades sexuales ilícitas con menores. Al presentar los cargos, la Fiscalía de Nueva York señaló que Epstein había explotado a menores «particularmente vulnerables». Se consideraba que sus actos convertían a las niñas en prostitutas, pues muchas de ellas se enfrentaban a dificultades económicas y esta podía ser la razón por la que aceptasen el dinero. Pruebas y declaraciones que el poderoso equipo de abogados del acusado utilizó para poner en duda la credibilidad de las víctimas.

El caso se dio por cerrado en el 2008, cuando el entonces fiscal federal de Miami, Alexander Acosta, negoció con Epstein para que se declarase culpable de haber prostituido a una menor, lo que le permitió eludir los cargos federales que podían suponerle una cadena perpetua. El multimillonario fue incluido en el registro de delincuentes sexuales y pasó 13 meses en prisión, de donde podía salir 12 horas al día seis días a la semana. 

Tras salir de prisión en el 2010, Epstein hizo lo imposible por volver a situarse entre la élite, hecho que logró: fue visto semanas después acompañado del Príncipe Andrew. Tras este reecuentro, volvió a ser fotografiado con el Duque de York en fiestas en Saint-Tropez y Tailandia, mientras que Woody Allen proclamó su apoyo tras ser acusado de abuso sexual. Después de su arresto, Epstein fue arropado nuevamente por la élite neoyorquina dándose a conocer como un filántropo. Entregó 600 dólares a un colaborador de la revista Forbes para que escribiera un artículo sobre sus inversiones en «lo último de la ciencia». Epstein donó grandes cantidades de dinero a escuelas de niñas y adolescentes como un estudio de ballet, una escuela exclusiva para niñas en Manhattan y Dalton, queriendo limpiar su imagen de nuevo.

El criminal plan del magnate Jeffrey Epstein: sembrar su ADN en la humanidad

El estadounidense se mostraba maravillado por el transhumanismo, la ciencia de mejorar la raza humana a través de tecnologías como la ingeniería genética y la inteligencia artificial. Los críticos del transhumanismo comparan estas prácticas con una versión moderna de la eugenesia, la cría controlada para mejorar la población humana. En el pasado julio,  el New York Times indicaba que el magnate estadounidense planeaba inseminar a 20 jóvenes en su vasto rancho situado en Nuevo México. 

Jaron Lanier, autor prolífico y fundador de la realidad virtual, comenta que los planes de Epstein no simulaban a la ciencia, pues no se prestaban a pruebas rigurosas. En una ocasión, durante una cena en la mansión de Epstein en Manhattan, Lanier habló con un científico que le dijo que el objetivo del magnate era tener 20 mujeres impregnadas en su rancho. Y, a pesar de que no existan pruebas que lo confirmen, cuatro familias que pensaban como Epstein, dicen que el magnate confió a lo largo de los años en científicos para hacer verdad su plan.

El gran aliciente para los científicos era el financiamiento de sus proyectos personales y que, según ha declarado algunos de ellos al New York Times, los cegó ante la gravedad de los hechos. Cenas en la mansión de Epstein en Manhattan o fiestas en su isla privada de las Islas Vírgenes de los Estados Unidos fueron algunas de los beneficios que suponía colaborar con el magnate.

La sentencia más costosa

La reciente investigación del diario Miami Herald desveló los inconvenientes del pacto y desató la polémica por lo benévola que había sido la sentencia. Además, el entonces fiscal Acosta (que hasta el doce de julio era secretario de Empleo de la Administración Trump) ocultó a las víctimas que el acuerdo impediría presentar cargos federales. Esta disputa y confusión desencadenó la dimisión de Acosta el viernes. Sin embargo, no sería el único miembro del Gobierno de Estados Unidos vinculado a Epstein. El fiscal general, William Barr, fue consejero para Kirkand & Ellis, el despacho de abogados que negoció el acuerdo.

Una vez finalizado el proceso judicial, el multimillonario debía presentarse como delincuente sexual ante la policía cada 90 días, cosa que nunca llegó a hacer. El fiscal que lidera ahora los presuntos delitos contra Harvey Weinstein incluso solicitó que se redujera el nivel aplicado en la lista de depredadores sexuales. De esta forma, Epstein permaneció intocable hasta su detención a comienzos del pasado julio, cuando la Fiscalía reclamó que se rechazase su liberación hasta el juicio, tras revelarse que abonó 350.000 dólares a sus cómplices cuando el Miami Herald publicó los reportajes cuestionando el pacto secreto para comprar su silencio en caso de que tuvieran que testificar.

La controversia que rodeaba el polémico caso era tal que una de las mujeres de las que abusó Epstein, Virgina Giuffre, trabajaba en el club del gold Donald Trump cuando fue reclutada por Ghislaine Maxwell, pareja de Epstein, para hacerle masajes al acusado. Pues bien, el nombre de Trump aparece en su little black book (su libreta negra) junto a una docena de números más, de acuerdo con las imágenes que el portal Gawker desveló en 2015. Incluye a Alec Baldwin y Ralph Lauren, entre otros. La joven vivió la mayor parte del tiempo en una de las mansiones de Jeffrey Epstein, donde su única función era ser utilizada con fines sexuales por parte del multimillonario, Maxwell y sus amigos. En su denuncia citó a Alan Derhowitz y al príncipe Andrés de Inglaterra. Destaca que la asaltaron cuando tenía 17 años y en la demanda también asegura que las autoridades tenían vídeos y fotos de ella teniendo seto con «poderosos amigos» del acusado.

El 6 de julio era de nuevo arrestado por tráfico sexual de menores, por lo que era investigado desde la pasada década

Se sospechaba que el juicio contra Epstein podría comenzar entre junio y septiembre del 2020. En una vista ante el juez Richard Berman, la Fiscalía ha defendido que el proceso comience tan pronto como sea posible debido al interés del público por el caso, según el diario especializado Courthouse. En cambio, la defensa del magnate, quien se encuentra en prisión preventiva, ha solicitado que el juicio arranque en septiembre debido a su complejidad.

Epstein compareció a comienzos de agosto ante el juez por primera vez desde que fuera encontrado semiinconsciente en la celda que ocupa en la prisión de Nueva York y con heridas en el cuello. Días antes, el juez había negado la solicitud de Epstein de ser puesto en arresto domiciliario en lugar de esperar el comienzo del proceso en prisión. Estaba acusado de tráfico sexual de menores y se barajaba la posibilidad de ser condenado a cadena perpetua. 

Una vida de poder y de lujo a la que el mismo dueño ha puesto punto y final.