Cuando la ONU, en su último y reciente informe, acaba de alertar por enésima vez sobre el aumento del nivel del mar como consecuencia del cambio climático y sus previsibles y amenazadoras consecuencias, voy a aprovechar para recuperar y reivindicar la figura el pintor italiano Canaletto como uno de los primeros no solo en evidenciar dicho aumento de las guas sino también en cuantificarlo. Aunque lo hiciese de forma involuntaria.
Y es que la inigualable exactitud del artista a la hora de plasmar sus paisajes de Venecia permitió que en el año 2001 un equipo de investigadores se remontase más atrás de 1872, cuando comenzaron a realizarse las primeras mediciones del nivel del mar, para determinar la velocidad con la que está subiendo el nivel de las aguas en la ciudad de los canales desde la primera mitad del s. XVIII. Y que resultó ser de 2,7 mm al año. Lo que se traduce en 0,8 metros en el periodo comprendido entre los años 1750 y 2000.
Una fotográfica exactitud que, todo sea dicho, tenía truco, ya que Canaletto recurría al empleo de una camera obscura para captar un determinado instante y realizar el boceto sobre el que luego trabajaba. Una suerte de fotografía que luego le permitía representar incluso la línea verde de las algas en los edificios que marcan la altura que alcanzaba el nivel de las aguas en la época en que esas vistas fueron pintadas. Y que fue el elemento clave para la mencionada investigación.
Para aquellos que no la conozcan, por camera obscura se entiende -o se entendía- una estancia a oscuras con un pequeño agujero en una de sus paredes por el cual la luz del exterior penetra y se proyecta a modo de imagen invertida en la superficie opuesta. Y si escribo que se entendía es porque para la época de Canaletto, las cameras obscuras ya no eran habitaciones, sino más bien cámaras fotográficas, después de que en 1657 Kaspar Schott descubriese que no hacía falta introducirse en el habitáculo que constituía la camera, sino que bastaba con mirar al interior a través de un orificio localizado en la pared opuesta, con lo que una caja podía ejercer como tal.