The Pontejos Balcony: «Yo me quedo en casa y me pongo a cantar. El coronavirus no nos va a ganar»
SOCIEDAD
El concierto improvisado que cada día a las ocho de la tarde dan estos vecinos desde su balcón con una guitarra y su bebé es emocionante y muestra la otra cara de esta crisis
19 mar 2020 . Actualizado a las 16:37 h.Miki y Marta son la «alegría» de la calle coruñesa Marqués de Pontejos. Él es educador canino y ella diseñadora. Tienen un bebé de 16 meses que se llama Matías. Como toda España tampoco salen de casa, pero sí al balcón. Lo han convertido en un escenario improvisado y allí, cada día, a las 20:00 horas y tras los aplausos, comienzan su concierto.
«Todo esto surgió porque esta situación nos hizo acordarnos de la canción Always look on the bright side of life de los Monty Phyton. Siempre ha sido, para nosotros, un himno de esperanza y positivismo», explica Marta. El día dos de cuarentena decidieron salir a compartirlo con todo su barrio y la reacción fue tan espectacular que decidieron convertirlo en una cita ineludible.
«Estamos alucinados con la respuesta de la gente. Todos cantan, tocan las palmas y nos hacen peticiones de canciones para el día siguiente. Es genial porque ya nunca nos juntábamos para cantar, ni viviendo bajo el mismo techo. No paran de surgir nuevas iniciativas por parte de los vecinos. Es nuestro momento favorito del día, sobre todo, para nuestro bebé, que se queda hipnotizado», cuenta emocionada.
Ellos no son profesionales, ni mucho menos, «solo un par de aficionados con ganas de sacar algo bonito de este momento tan extraño para todos».
Tras su primeros conciertos, los vecinos comenzaron a pedirles que salieran a tocar más, a planificar una sesión vermú... Además, la escena se supera día tras día. «Ayer las vecinas de enfrente salieron con gafas de luces y sacaron peluches para entretener al niño. Hemos empezado a conocer a todos los que han sido nuestros vecinos durante siete años ahora. Y son gente genial», asegura Marta desde su confinamiento.
Cada día cambian el repertorio, aunque el «El coronavirus no nos va a ganar. Yo me quedo en casa y aprovecho para cantar», ya lo corea todo el barrio.