
Quim Torra avisa de que Cataluña «tomará sus propias medidas». Urkullu, Moreno Bonilla y Mañueco reclaman más poder de decisión porque el pacto con el resto de formaciones políticas «no es un cheque en blanco»
12 abr 2020 . Actualizado a las 20:01 h.La comparecencia de Feijoo hace exactamente una semana, tras la reunión telemática que en clave dominical mantienen Pedro Sánchez y sus homólogos autonómicos desde que comenzó la crisis del coronavirus, dejó patente el descontento del presidente de la Xunta con respecto a las decisiones que estaba tomando el Gobierno central. Reprochó a Sánchez que se utilicen fondos de las comunidades para financiar medidas que se toman, de manera unilateral, desde Madrid. Hoy, tras el encuentro por videoconferencia, los ánimos estaban aún más caldeados. Y a las quejas de los líderes del PP se han sumado las de los nacionalistas, siendo especialmente beligerante Quim Torra, que avisa de que Cataluña tomará sus propias medidas.
El presidente de la Generalitat le ha pedido a Sánchez que rectifique su decisión de que vuelva a movilizarse, a partir de mañana lunes, el personal laboral de actividades no esenciales y que se prorrogue la parálisis al menos dos semanas más. Torra ha dicho que es «una temeridad y una imprudencia absoluta», porque la vuelta a la actividad afecta en Cataluña a «casi un millón» de personas y crecerá el riesgo de contagios pese a que «el 89 % de las UCI están ocupadas». También ha pedido test masivos para la población.
En esa misma línea, el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, le pidió al Gobierno central que espere «unos días» antes de la vuelta a la movilidad laboral, ya que no cree que la seguridad esté garantizada. Mañueco le ha recordado al presidente del Gobierno que el pacto con el resto de formaciones políticas «no es un cheque en blanco» y que el Ejecutivo «también debe ceder» y tener en más consideración a las comunidades.
«Mayor claridad y liderazgo» y «mayor participación» de las comunidades autónomas en la toma de decisiones han sido las demandas del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. El mandatario andaluz insta a Sánchez a que revise el sistema de videoconferencias para poder «opinar y aportar ideas antes de tener conocimiento de las decisiones por las ruedas de prensa». «El Gobierno se evitaría mucha crítica teniendo en cuenta esas propuestas, porque gana uno mucho más escuchando y compartiendo», ha dicho Moreno.
El lehendakari Iñigo Urkullu también ha criticado el método de estas reuniones. Comentó que «no es admisible» la «desorientación que provoca» el no compartir decisiones». A cambio, propone un método «más horizontal y cooperativo basado en la comunicación fluida y anticipada a cualquier estrategia comunicativa». «No podemos estar cada semana a expensas de la orden ministerial que conocemos por los medios sin saber si se respeta el ámbito competencial», ha reprochado Urkullu.
Feijóo, se acordó de los más pequeños y pidió al Gobierno que se busque una fórmula para atender las necesidades de los niños ante esta situación de confinamiento que ya dura un mes, una fórmula para que puedan salir de «forma controlada, ocasional, segura y de la mano de sus padres».
El cántabro Miguel Ángel Revilla ha criticado la lentitud con la que está llegando el material de protección y sanitario del Gobierno central, y en cantidades que no llegan «a la mitad» de lo que aporta la comunidad autónoma. Explicó que hay un deficit de mascarillas enorme aunque espera que lleguen a todos los hogares cántabros como mucho en ocho o nueve días.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se incorporó tarde a la conferencia debido a que acudió esta mañana al aeropuerto de Barajas para recibir un avión con 113 toneladas de material sanitario, según explicó su equipo. Con posterioridad, la presidenta madrileña tardó más de media hora en poder conectarse debido a fallos de los equipos. Por ello fue el consejero de Economía, Manuel Giménez, quien demandó al Gobierno central que aclare mejor cómo ha de ser la vuelta al trabajo de los miles de personas que mañana tienen la obligación de regresar a sus centros laborales.