Cómo gestionar la energía desbocada de una manada de perros recluida por el confinamiento

SOCIEDAD

Mónica Touriño, la mejor canicrósser española de la historia, lidia en la cuarentena con el estrés que les genera a sus trece canes perder su rutina de entrenamiento
23 abr 2020 . Actualizado a las 11:19 h.A Mónica Touriño el confinamiento no le ha cambiado su hábito madrugador. Lo suyo sigue siendo decir adiós a la cama a las seis y media de la mañana. Por desgracia, no puede decir lo mismo de sus condiciones como Deportista de Alto Nivel (DAN), ni como estas afectan a las de su vida familiar. Camino de completar el primer mes y medio de cuarentena, las restricciones a la movilidad fijadas en el estado de alarma vigente han supuesto un gran problema para la mejor canicrósser española de todos los tiempos: Gestionar el estrés que les genera a sus trece perros de competición, de raza alaskana, la privación de su rutina diaria de entrenamientos. La rutina que esconde el tercer póker consecutivo con los cuatro grandes títulos autonómicos y nacionales de canicrós sobre tierra que la de Catoira completaba a finales de febrero.
Decíamos que Mónica Touriño se sigue levantando a las seis y media de la mañana. Tampoco ha abandonado el desayuno como primera actividad del día, para continuar de la misma manera con los primeros cuidados a otros habitantes de la pequeña arca de Noé en la que ha convertido su casa en Catoira junto a su marido y su hija. Atiende a un cerdo vietnamita que llegó a su vida rescatado por la Xunta de una situación de maltrato, y da de comer a sus gallinas. Consumida una hora en pie, el cuadrante de tareas debería proseguir en un breve traslado en furgoneta con sus trece canes de competición hasta un monte cercano para entrenarse. Y en este punto es donde, desde el 14 de marzo, se le empina el camino a Touriño.

«Eu saía cos meus cans ao monte todos os días», explica la deportista. «Soltábaos, e corrían en manada, xuntos, comigo, durante unha hora e pico. E un par de veces á semana enganchábaos de a un ou de dous en dous —en su especialidad, el canicrós, el deportista corre unido a un perro por un arnés, aunque también practica patín, con dos canes—».
Es cierto que la ley que regula el estado de alarma permite a los propietarios de perros sacarlos de paseo. «Podería saír cada día 15 minutos dun en un. Pero estaría horas fóra da casa e poríame en perigo. ¡Era de tolos!», cuenta Mónica. Y lo más absurdo, no se habría ni acercado a resolver el conflicto entre manos.
«Os meus son alaskanos, non son cans que se poidan sacar a pasear, e xa está. Polo seu carácter precisan actividade rutinaria que lles permita liberar enerxía», apunta la deportista, que añade que «non é o mesmo ser un canicrósser cun ou con dous cans, que ter unha manada. Cunha manada, se non se xestionan ben os seus exercicios diarios, pode haber problemas». Y así ha ocurrido en la casa de Touriño, con dos decenas de cánidos al sumar un par de cachorros y cinco abuelos.
«A primeira semana a un xa lle morderon as orellas, a outro unha pata... É normal que suceda. Algún non acabou no veterinario de milagre. E agora teño unha cadela en celo», que eleva el nivel de tensión entre los perros.
Ante la situación, Touriño exprime los 1.500 metros cuadrados de finca cerrada que rodean su casa, y trata de paliar la pérdida de las salidas «con xogos de pelotas, e carreiras polo recinto. Fan o equivalente a media hora de adestramento». Y es que, señala la canicrósser, debe trabajar en grupos reducidos, de cuatro, «porque se non eu acabaría caendo».
«Os cans están sufrindo», lamenta Mónica, que defiende que tanto los deportivos como casi todos «precisan correr», algo que, considera, debería tener en cuenta el gobierno central. Por su parte, temiendo que las restricciones por el coronavirus vayan para largo, proyecta ir construyendo un circuito de obstáculos como válvula de escape para sus canes.