El clima traslada a Eurasia al año 2100

SOCIEDAD

Stein-Rune Karlsen

Las temperaturas actuales en Siberia se corresponden con el peor de los escenarios de cambio climático para finales de siglo

16 jun 2020 . Actualizado a las 19:41 h.

La comunidad científica trabaja con proyecciones climáticas para tratar de dibujar los diferentes caminos que el clima global puede tomar en función del impacto de la actividad humana. En este sentido existen varios escenarios para finales de siglo. El optimista (RCP 4.5) y el pesimista (RCP 8.5). El último tiene en cuenta lo que lo que se llama el business as usual, es decir, que la emisión de gases de efectos invernadero se mantiene al ritmo actual y, como consecuencia, la temperatura media superaría los límites de seguridad, que ahora mismo se establecen entre 1,2 y 2 grados. A partir de ahí el sistema climático podría entrar en una fase de no retorno y poner en marcha un efecto dominó.

Este año una zona del planeta está experimentando cómo sería el clima del 2100 en el peor de los casos. Desde que empezó el 2020 la región de Eurasia, especialmente la zona de Siberia, ha estado registrando anomalías térmicas positivas de hasta 6 grados en los valores medios. En días concretos las máximas han estado hasta 20 grados por encima de lo habitual. La situación actual se ajusta a las condiciones que los científicos predicen para finales de este siglo en el escenario más pesimista.

Las altas temperaturas de los últimos meses han degradado todavía más el permafrost, algo que está directamente relacionado con el vertido de 21.000 toneladas de hidrocarburos que tuvo lugar el pasado 29 de mayo en una central termoeléctrica. La fusión del suelo congelado provoca que las estructuras físicas se desestabilicen y puedan romper los depósitos. Además, los científicos están empezando a detectar que la temporada de deshielo en el Ártico se ha adelantado y existe la posibilidad real de que el retroceso del hielo pueda alcanzar niveles históricos, superando el anterior récord del 2012.

Los satélites del Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (CAMS) han empezado a detectar también incendios activos en esta región y no se descarta que sean de tipo «zombies», los restos de la temporada de fuegos tan activa que hubo en el verano del 2019. «Gracias a los datos proporcionados por los satélites, sabemos que las regiones del Artico más afectadas por los incendios de 2019 están experimentando unas condiciones en superficie más cálidas y secas, lo que brinda un entorno ideal para que los incendios se originen y permanezcan activos», explica Mark Parrington, experto en incendios forestales y científico sénior del CAMS. 

Las elevadas temperaturas durante la primera mitad del año podrían provocar además que el 2020 termine siendo el más cálido desde que existen registros, algo que sería realmente llamativo ya que ahora mismo no existe ningún evento natural como El Niño que suele favorecer que la temperatura global aumente, tal y como ocurrió en el 2016.

Actualmente las anomalías térmicas positivas más intensas en todo el planeta siguen registrándose en el extremo norte de Eurasia. El norte de Europa también se ha contagiado de ese calor excesivo. En estos momentos la temperaturas es más elevada en países como Suecia que en España. Los modelos meteorológicos siguen apostando a que la semana que viene la atmósfera recuperará algo la normalidad y el calor volverá al sur de Europa.