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El submarinista que ha pasado gran parte de su vida bajo el agua, asegura que los fondos marinos de Galicia ya no son todo lo prístinos que solían ser
21 jun 2020 . Actualizado a las 10:53 h.Pedro Alonso ha ocupado una parte muy importante de su vida en las profundidades. «Llevo bajo el agua desde que tengo conocimiento, con gafas y tubo, como todos los críos, y desde hace unos 10 años aproximadamente me dedico a los vídeos submarinos». Buceando encuentra paz y belleza. Claro que los fondos marinos de Galicia ya no son todo lo prístinos que solían ser. La basura está por todas partes y en todas las formas. «Te puedes encontrar de todo, no solo plástico. Recuerdo un buceo en el río Lérez en donde me crucé con un cántaro de leche de aluminio. ¿Cómo es posible? Al final terminas descubriendo que todos los vertidos en las cuencas hidrográficas acaban igual», reconoce.
Durante la fase 3 de desconfinamiento retomó sus inmersiones en las aguas de las Rías Baixas. Y en unos días podrá regresar a uno de sus puntos favoritos, el parque de las Illas Atlánticas.
De momento no se ha encontrado con los plásticos de un solo uso cuyo consumo ha aumento como consecuencia de la crisis del coronavirus, como mascarillas o guantes. «De todas formas no tardarán mucho en aparecer esos residuos, al fin y al cabo son ligeros y los puede arrastrar el viento, sobre todo en aquellas zonas que se llenarán pronto de turistas. Lo que sí hemos notado es una reducción en el volumen de especies. La caracola autóctona está casi desaparecida, como la raya eléctrica», advierte.
A pesar de que los plásticos han conquistado todos los mares de la Tierra, Pedro cree que ha habido avances durante las últimas décadas en lo referente a la contaminación marina. «A principios de los 80 dejé de bucear unos años por el estado de las rías. Los peces parecían atontados, incluso con olor parecido al amoníaco y las pinturas usadas en los cascos de los barcos eran tóxicas. Ahora las pinturas son menos dañinas. Poco a poco se avanza, aunque no mucho», lamenta.
Las zonas más sucias
Pedro participa a menudo en las limpiezas solidarias que se organizan para sanear las aguas de las rías gallegas. «Las zonas más sucias son siempre los puertos, tanto deportivos como pesqueros y también las zonas de fondeos, donde se acumulan restos de aparejos, piezas de barcos, neumáticos y mucha basura. A menudo se usan los puertos como zonas de botellón o para las fiestas y verbenas; esto tiene sus consecuencias. Para los que madrugamos los domingos, es muy habitual llegar a los puertos y encontrarlos llenos de restos de botellas y cristales», apunta.
Para alguien que lleva décadas explorando el fondo marino gallego, la pandemia actual debería obligar al ser humano a replantear su relación con la naturaleza. «Es necesario parar y organizarse para seguir en la dirección correcta. Hoy estamos viendo cambios muy profundos, como el calentamiento de las aguas y la sobreexplotación de los recursos. Nos creemos los seres superiores, que dominamos todo. Pensamos llegar a Marte y de repente la naturaleza saca el bicho más pequeño y paraliza el mundo. Tenemos que conseguir concienciar a la población sobre el daño devastador que estamos generando en el medio», concluye.