Aconsejan evitar las picaduras de mosquito con el uso de repelentes cada seis u ocho horas. Los más recomendables son los que llevan una concentración en torno al 45 %
22 ago 2020 . Actualizado a las 23:08 h.Sin haber levantado cabeza aún de la pandemia del covid-19, España tiene que lidiar ya con otro virus que mantiene en vilo a los expertos: la Fiebre del Nilo. El especialista en Enfermedades Infecciosas y medicina tropical, Pablo Barreiro, explica que en la mayoría de los casos los principales síntomas son de un cuadro gripal: dolores musculares, fiebre y dolor de cabeza, y que incluso puede ser asintomático. En este sentido, «solo entre el 2 y el 5 % de los casos presenta síntomas». «Es una enfermedad que pasa desapercibida con mucha facilidad», advierte. Sin embargo, sus complicaciones pueden derivar en situaciones severas. «De los casos diagnosticados con síntomas, la mitad ya podría tener como complicación una inflamación cerebral o encefalitis». Estos serían, de hecho, los casos de ingresos que se han dado en Sevilla.
Esta mayor incidencia en la capital andaluza se explica, según el experto, porque «probablemente las aves autóctonas ya estén infectadas por el virus y haya un reservorio animal estable». Además, cuanto más cálida y húmeda es la zona, más sobrevive el mosquito. Los lugares más comunes de proliferación del insecto son zonas naturales, piscinas rurales o marismas, pero ningún punto de España está a salvo. Teniendo como punto de referencia los casos en EE.UU., el especialista señala a Europa Press que el virus podría extenderse por toda la península, «sobre todo en los meses más cálidos».
Esta fiebre presenta más riesgos para personas de más edad o con enfermedades crónicas, como diabetes, cáncer o aquellas que requieren medicación inmunodepresora. En el caso de los más pequeños, las complicaciones más duras pueden llegar a derivar en una meningitis, según el experto. Transmitida por la picadura del mosquito Culex, la enfermedad llegó a España en el 2004 presentando casos principalmente entre caballos. La transmisión entre humanos, según Barreiro, «se produce por transfusión sanguínea».
Para combatir esta afección, Barreiro tiene claro que lo mejor es la prevención. «Este virus es de la familia de la Fiebre Amarilla, para la que ya hay vacuna, por lo que sería posible idear una vacuna teniendo ya este precedente». Otro método de prevención se basaría simplemente en evitar las picaduras de mosquito con el uso de repelentes cada 6 u 8 horas. «Los más recomendables son los que llevan una concentración en torno al 45 % de DEET». Según ha explicado el médico, «este repelente se evapora desde la piel, creando una protección que paraliza el vuelo del mosquito cuando se acerca».